El matrimonio de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina ya es historia. El divorcio es un hecho. Después de veintiséis años que se casaron a ojos de todo el mundo, el amor se Nóos rompió de tanto usarlo y ahora el ex duque de Palma ya vive con otra pareja, Ainhoa Armentia, mientras que su ex, la hermana del rey, ya no quiere saber nada. Quedan, eso sí, los cuatro hijos que tienen en común. La manera como la exparejita ponía el punto y final a su historia juntos se ha llevado a cabo con secretismo y sin que haya trascendido exactamente la fecha exacto donde dejaron por escrito que cada uno ya puede ir legalmente por su parte. Y es que después de anunciar su separación en enero del 2022, ya se dijo que el divorcio tardaría... Y tanto que ha tardado. Finalmente, el acuerdo definitivo fue el pasado diciembre, cuando dieron por acabado su vínculo matrimonial.
La separación de Iñaki y Cristina ya es del todo definitiva, ya no hay marcha atrás. Un divorcio que comporta unas derivadas. Y es que tal como recuerda la periodista Sílvia Taulés en Vanitatis, Urdangarin perderá de manera inmediata un beneficio que lo ha acompañado los últimos tiempos: su escolta. Tan inmediato que el servicio de escoltas de la Casa Real ya ha recibido la notificación pertinente "y se han empezado a notar movimientos", que se harán definitivos en los próximos días, según han informado fuentes del ministerio del Interior al citado medio. "Y esta vez no hay peros que valgan". Y es que tener a los escoltas a su lado es una especie de obsesión del excuñado de Felipe. Una especie de privilegio del cual no se querría desprender ni ahora que oficialmente ya ha partido peras con la infanta Cristina.
Y es que como mencionan en Vanitatis, Urdangarin ha sido bastante insistente para no perder lo que hasta ahora tenía. Y es que el entorno del exduque revela que "ha habido al menos dos peticiones por su parte para que los policías siguieran a su lado. Su condena, que termina este próximo mes de abril, fue siempre su argumento. Ese y que, claro, seguía casado con la Infanta". Pero esta es una de las consecuencias insalvables del divorcio que habrían firmado en una notaría entre el 21 y el 22 de diciembre pasados. Una firma que fue, que se sepa, la última vez que Cristina e Iñaki tuvieron contacto, ya que desde entonces, "desde que firmaron, no han vuelto hablar entre ellos". ¿Y ahora qué? Las intenciones de Urdangarin son las de "desaparecer del mapa público, convertirse en alguien casi anónimo con el paso del tiempo"... No le queda nada...
De momento, se ha quedado sin escoltas y sigue sin trabajo, cosa que preocupa a su madre. Así que ahora no le queda más remedio que acostumbrarse a su nuevo estatus, sin cuerpo de seguridad que lo vigile y proteja. Unos escoltas que quizás ahora serán más prescindibles, pero que han sido importantes para él hasta ahora "hasta hace bien poco, porque esos policías le ayudaban a protegerse de la prensa... Con su nueva vida junto a Ainhoa Armentia, cada vez que ve a un fotógrafo le entra una punzada". Pero como sentencian en el mencionado medio, "Tener escolta, pues, va en contra de esa filosofía de ciudadano común"... Que se vaya acostumbrando.