El divorcio de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina está listo para sentencia. A partir del próximo 6 de junio podrán firmar los papeles para no tener que verse las caras nunca más y poder hacer la vida cada uno por su lado. No es un día marcado en rojo en el calendario al azar. El día anterior su hija menor, Irene, cumplirá 18 años. Y ello les permitirá dar el paso en un notario, sin tener que pasar por el juzgado, evitando así cualquier filtración de información.
Ha pasado ya más de un año desde que salieron a la luz las imágenes en las que se veía a Urdangarín con Ainhoa Armentia, su amante entonces. Aquellas en las que se les veía abrazados paseando junto al mar y que derivaron en uno de los momentos más duros en la vida de la infanta Cristina. Para la hija del rey emérito Juan Carlos I han sido meses de tristeza y lágrimas.
El divorcio de Cristina soluciona la vida a Iñaki Urdangarin
Actualmente la infanta vive en Ginebra, Suiza, donde se encuentra planteándose su futuro. Sus intenciones pasan por volver a España para estar al lado de su hija Irene, que tiene pensado ir a la universidad. La infanta puede trabajar desde cualquier lugar y ello facilita las cosas. Pero todo está por ver. Porque los tributos en España son más elevados que en Suiza. Y el dinero es un factor clave para sus intereses, teniendo en cuenta que más pronto que tarde le tocará recibir la herencia de su padre. Y si la recibe estando en Suiza y no quiere tributarla en España, tendrá que permanecer cuatro años en el país transalpino.
Iñaki, por su parte, sí vive en España. Y aquí se quedará mientras espera recibir lo pactado con Cristina en el divorcio. Urdangarin ha reclamado dos millones de euros y una pensión vitalicia de 25.000 euros al mes, tal y como reveló el periodista Juan Luis Galiacho. En otras palabras, la separación de la infanta le soluciona la vida. Es lo que ha pedido a cambio de guardar silencio.
El ex jugador de balonmano aprovechó el tiempo en la cárcel de Brieva, en Ávila, para escribir sus memorias. En ellas revela muchos secretos de Juan Carlos y de su entorno. Y tenía una suculenta oferta para publicarlas. Pero para que no las publique, el emérito le dijo a su hija que aceptara lo que pidiera, y que él se haría cargo del montante.
La infanta Cristina incluye una cláusula que ata de manos a Urdangarin
El dinero no es lo único que pidió el cuñado del rey Felipe VI. También quiere disponer de la casa de la que la familia real disfruta cada vez que va a Baqueira y también del chalet de Bidart. Peticiones a las que Cristina tampoco habría puesto pegas. Quiere quitarse el asunto de encima cuanto antes.
Eso sí: del mismo modo que el emérito y la infanta han aceptado las condiciones de Iñaki, también han incluido una cláusula penal millonaria. Un apartado que les garantiza que Urdangarin se llevará los secretos a la tumba. Si habla, adiós a la pasta.