La familia Grimaldi nunca ha escapado de los focos de la prensa rosa, y en esta ocasión, los rumores sobre la estabilidad del matrimonio de Charlene y Alberto de Mónaco parecen no tener fin. Detrás de la fachada de felicidad y lujo, se esconden secretos que han sacudido la imagen del príncipe Alberto II. Desde sus supuestos fetiches con azafatas hasta los persistentes rumores sobre su sexualidad, la vida del soberano monegasco ha sido un torbellino de escándalos que han dejado a su esposa en una posición incómoda.
La relación entre Alberto y Charlene siempre ha estado rodeada de misterio. Aunque su boda en 2011 fue un evento de lujo, los detalles que rodearon el enlace dejaron más preguntas que respuestas. Horas antes de la ceremonia, Charlene fue encontrada en el aeropuerto de Niza, con un billete de avión en mano y lágrimas en los ojos. ¿Era el miedo escénico o algo más profundo? Según testigos, la nadadora sudafricana parecía "ir al matadero" en lugar de al altar. A pesar de los intentos de huida, Charlene finalmente accedió a casarse, pero su rostro compungido durante la ceremonia hablaba por sí solo. Ahora bien, aunque la pareja logró engendrar a los mellizos Gabriela y Jaime en 2014, los rumores sobre la verdadera naturaleza de su relación nunca han cesado.
Los hijos secretos de Alberto: ¿la clave de sus preferencias?
Uno de los mayores escándalos que ha perseguido a Alberto es la existencia de dos hijos ilegítimos, fruto de sus relaciones con azafatas, que son su gran fetiche. El primero, Jazmin Grace, nació de su breve romance con Tamara Rotolo, una azafata estadounidense. Aunque inicialmente negó su paternidad, en 2006, tras la muerte de su padre, Rainiero III, Alberto reconoció a Jazmin como su hija y le otorgó los apellidos Grimaldi.
El segundo hijo, Alexandre, es producto de una relación más duradera con Nicole Coste, una azafata de Togo. Aunque su romance duró seis años, Alberto intentó mantenerlo en secreto hasta que una demanda judicial lo obligó a reconocer a Alexandre como su hijo en 2005. Estos escándalos no solo han alimentado los rumores sobre su preferencia por las azafatas, sino que también han puesto en duda su capacidad para mantener una relación estable.
Rumores de homosexualidad: ¿verdad o estrategia de distracción?
A lo largo de los años, los rumores sobre la homosexualidad de Alberto han sido un tema recurrente en los medios. Su tardío matrimonio y su aparente "alergia" a los compromisos serios llevaron a muchos a cuestionar su orientación sexual. Se dice que su timidez fue la principal causa de la fama de homosexual que adquirió, aunque nunca se ha podido demostrar nada. Sin embargo, las especulaciones sobre su orientación han cobrado fuerza desde que fue visto en el Festival Gay Escandinavo en Suecia en 2003, abrazando a dos drag queens. Esto ha llevado a algunos a afirmar que su relación con Charlene es más una fachada que un amor genuino. A pesar de ello, la pareja ha intentado mostrar su unión en público, posando juntos en eventos y celebraciones familiares.
Mientras Alberto parece haber salido relativamente indemne de estos escándalos, Charlene ha cargado con el peso de las especulaciones. Desde su intento de huida antes de la boda hasta su aparente tristeza en eventos públicos, la princesa ha sido retratada como una víctima de las circunstancias. Aunque ha cumplido con su deber de dar herederos al trono, su felicidad sigue siendo cuestionada.