Hace tres meses que Leonor se embarcó en la travesía internacional a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano y no sabía que estaría cada día en el foco mediático. La princesa de España causa un gran interés en los medios de comunicación de todo el mundo. En Brasil se la vio en una fiesta previa a carnaval en compañía de un compañero con el que mostró una gran sintonía. En Uruguay se la fotografió tomando el sol en bikini en una playa, unas imágenes que vieron la luz unas semanas más tarde, y en Chile se filtraron las imágenes de las cámaras de seguridad de un centro comercial. Una acción que hizo que Casa Real tomase medidas y aumentase la seguridad de la hermana de Sofía. Desde entonces no han aparecido noticias sobre ella más allá de las que la institución permite mostrar, como sus maniobras a bordo de la embarcación.

Hasta el próximo martes 22 de abril, Leonor descansará en Callao, Perú. Es el cuarto país que visita en esta gira internacional. Como dato curioso, estaban programada varias actividades protocolares y breves encuentros con la prensa, pero han sido cancelados a última hora sin dar más explicaciones. También se ha reforzado la seguridad del buque en territorio peruano. Hay que destacar que el Callao se encuentra bajo el estado de emergencia, una medida decretada por el gobierno peruano. Este reforzamiento es muy agradecido por parte de Casa Real, así Leonor está más controlada y se evita cualquier fotografía delicada para su futuro.
En esta ocasión las autoridades del buque escuela tampoco han precisado cuales iban a ser las actividades de la princesa y el resto de compañeros durante su permanencia en el país.
Mayor seguridad para proteger a Leonor y al resto de los guardiamarinas
Este movimiento se debe a una medida preventiva por el contexto social y político del país, aunque también se aprovecha esta situación para proteger a la princesa de la prensa. En su última aparición en Valparaíso, Chile, ya se la vio muy desanimada, cabizbaja, agobiada por la situación y triste, comunicó a sus padres que no se sentía segura. Reforzaron su seguridad con más escoltas.
Solo se sabe que la noche del sábado salió con su grupo de amigos a cenar y tomar algo y hubo algunos periodistas que intentaron sacarle una fotografía saltándose las normas. Las fuerzas de seguridad tuvieron que intervenir y obligaron a borrar cualquier fotografía que tuviesen de la princesa y el resto de guardiamarinas. Esto sucedió durante la madrugada de Callao.
