Leonor ya es casi una adulta. El 31 de octubre lo será oficialmente, a los 18 años. El mundo puesto adolescente se caracteriza por tomar decisiones difíciles, qué carrera estudiar, qué novio escoger, y en el caso de la heredera, a quien todo le viene dado, tiene algún margen todavía para tomar decisiones. Esta semana acaba su curso escolar y la estancia de dos años en Gales en el internado UWC Atlantic College. Han conseguido 2 cursos sin una sola foto de la princesa a clase, al patio o fuera del recinto. Nada, ni una foto. Como si fuera Juan Carlos en Abu Dhabi, el Reino Unido es un fortín. Leonor acaba su estancia el día de la graduación y parece que será este próximo fin de semana. La chica tendrá que tomar una decisión crucial para la familia, y trágica al mismo tiempo. Escoger entre una de sus dos abuelas, la paterna o la materna.
El drama es que en la escuela solo permiten que a la ceremonia de graduación cada alumno lleve a 4 acompañantes. Y no hay privilegios a pesar de las princesas que estudian. Parece fácil ya que la Familia Real ahora aparte de Leonor son precisamente cuatro personas: Felipe, Letizia, la infanta Sofía y la reina Sofía. Pero Letizia ha presionado siempre para que la abuela de referencia de las niñas, la que las ha educado y las ha visto con más frecuencia, sea la otra abuela, la materna, la madre de Letizia: Paloma Rocasolano. Y todo parece indicar que será ella la cuarta invitada de la fiesta de graduación, y no la reina Sofía. La relación entre abuela real y nieta nunca ha sido fluida y lo demostró Leonor en público el día que le clavó una torta en la catedral de Palma. Con este nuevo gesto de menosprecio Sofía devastada y Paloma Rocasolano en primera fila.
Paloma Rocasolano siempre está en las fiestas más importantes de las niñas, cumpleaños, comunión, confirmación Navidad y ahora también graduación. Y Sofía seguirá lamentándose.
El drama de la reina Sofía: Letizia no le deja ver a las nietas
Dos periodistas tan diferentes como la catalana Pilar Eyre en Lecturas y la ultramonárquica Almudena Martínez en ABC coincidieron a escribir lo mismo: la reina emérita Sofía de Grecia lamenta entre lágrimas que la reina Letizia no le permite ver a sus hijas Leonor y Sofía. En Zarzuela viven a pocos metros, en otro edificio del complejo, pero el todavía mujer de Juan Carlos iba diciendo: "No sé ni cómo están. No las veo nunca. No me dejan verlas. Yo que vivo al lado no puedo ir a su casa". Por si alguien lo dudaba, lo ha confirmado el más juancarlista de los periodistas monárquicos: Jaime Peñafiel. El cronista real hace décadas que está distanciado de la reina Sofía. Le pidió apoyo cuando su hija, Isabel Peñafiel, se cayó en el mundo de la droga, pero no encontró en la reina el calor que él creía que se merecía. Después de morir la hija, Peñafiel escribió a la reina una carta sentenciando: "Serás la reina de España, pero no será nunca mi Reina". Años después sigue ganándose la vida como experto en Casa Real y ha confirmado lo que era un secreto de dominio público: la princesa Leonor y la infanta Sofía no ven nunca la emérita.
La razón del distanciamiento tiene un nombre: Paloma Rocasolano. La madre de Letizia sería la que entra y sale de la Zarzuela y cuida de la educación de las nietas. Sofía solo ve a las niñas "en la tele", según confesión propia. La suegra del rey impone su criterio, como pasó durante el nacimiento de Leonor. Rocasolano es enfermera y tuvo mucho a decir cuando el parto de su hija, todo un asunto de Estado, se complicó y tuvo que practicarse en Letizia una cesárea. Sofía de Grecia no gana para disgustos. Los cuatro nietos Urdangarín viven esparcidos por Europa y los dos nietos Marichalar van a la suya entre fiestas, toros y novietas. La abuela emérita está como Grecia: en ruinas.