La travesía de la princesa Leonor a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano ha sido uno de los momentos más significativos de su formación. Desde su embarque el 11 de enero, la heredera al trono ha estado en el mar, recorriendo varios países junto a sus compañeros de la Academia Naval. Esta experiencia, destinada a darle una formación más completa, también ha puesto a prueba su capacidad de adaptación a un entorno tan exigente. Desde el inicio, la princesa ha compartido las dificultades típicas de la vida a bordo: mareos, náuseas, y dificultades para adaptarse al espacio reducido de la nave.
Un paso por el Elcano que ha dejado entrever ciertas fricciones que han generado polémica entre algunos de los integrantes de la tripulación. Hay detalles que han comenzado a generar diferencias significativas entre ella y sus compañeros.

Es imposible que la princesa Leonor sea ‘una más’
A pesar de que desde la Casa Real han pedido que sea trata como una más, goza de una “condición especial” por ser quien es en lo que a resultados se refiere, además de algunos privilegios. Un escenario que ha generado algunas críticas entre los compañeros de la princesa.
En un entorno donde priman el sacrificio, la igualdad y los logros por méritos propios, la heredera es mirada con recelo. Y las voces críticas se hacen notar. Hasta el punto de que dos guardamarinas han sido relegados de los equipos de trabajo con Leonor por quejarse de los privilegios de los que goza la joven. No tanto a modo de castigo como por el intento de evitar cualquier controversia o subida de tono entre las partes. No es fácil aguantar la presión.
Entre los privilegios de los que disfruta Leonor destaca el de la comunicación constante que tiene con su familia, un lujo al que los demás guardiamarinas no tienen acceso. Mientras que los demás se ven obligados a pasar largas semanas sin poder contactar con sus seres queridos, Leonor dispone de un teléfono satelital exclusivo, lo que le permite hablar con su familia todos los días. La Casa Real justificó esta medida por la preocupación de la reina Letizia por la adaptación de su hija.

Leonor no es tratada como el resto
Además de la comunicación, también se ha hablado de ciertos privilegios dentro de su espacio privado. Parece ser que la princesa recibe trato preferencial en su habitación, lo que contrasta con las condiciones más austeras que deben soportar los demás guardiamarinas.
Leonor también ha sido acusada de excepciones a la hora de cumplir con algunas de las normas de la formación. Se rumorea que la princesa ha tenido un trato más laxo en cuanto a las pruebas físicas y las evaluaciones teóricas. Además, se conoce que también se ha saltado algunas guardias por motivos diversos. Mientras sus compañeros no se pueden ausentar salvo causa muy grave, Leonor se escaquea más a menudo de lo normal.