Leonor se ha embarcado en una nueva aventura. Una oportunidad única que piensa aprovechar al máximo. Aunque en un primer momento la formación militar no era de su agrado, poco a poco ha sabido sacarle provecho y buscarle la parte positiva. La princesa ha superado con éxito el primer año con el Ejército de Tierra, y ahora se encuentra en el segundo año con la Armada. Debe conseguir la máxima condecoración de todos los ejércitos para ser la futura jefa de Estado, es un requisito indispensable, como en su día hicieron Felipe VI y Juan Carlos I.
Ahora vive una de las experiencias más interesantes de esta formación militar. El segundo curso de la formación con la Armada se compone de un viaje en el conocido buque escuela Juan Sebastián Elcano. La joven viaja con otros 75 compañeros con los que recorrerá hasta ocho países en seis meses. Si su agenda institucional no la requiere, no volverá a España hasta finales de junio. Sus compañeros se quedarán hasta finales de julio.
Leonor se marchó el pasado sábado 11 de enero desde Cádiz dirección Canarias, donde atracará este mismo viernes. Letizia y Felipe VI fueron a despedirla desde el muelle como el resto de familiares, aunque la visita era de carácter institucional, tenía mucho de personal. La reina no dudó en emocionarse ante las cámaras al despedir a la princesa.
Leonor sufre el mal de tierra típico de los primeros días
La hermana de Sofía se marchó sonriente y se mostró ilusionada en esta nueva aventura. No obstante, sufrió las consecuencias de viajar en barco, especialmente los primeros días. Lecturas contactó con el médico de familia comunitaria David Sánchez Guzmán, quien apuntó que la princesa podía padecer “un síndrome que le suele ocurrir sobre todo a los marineros y navegantes que se manifiesta cuando estas personas llegan a tierra”, se le conoce como “mal de tierra”. "Cuando se acostumbran al balanceo del barco, al bajarse y quedarse quietos, sienten que están continuamente mareados", precisa el doctor. Según él, es "una inadaptación del órgano del equilibrio" que sucede ya en tierra firme. Es exactamente lo que le habría sucedido. Por ello, Leonor no habría participado en las primeras actividades y se habría aislado en su camarote para descansar. Esto sucedió la noche del martes al miércoles, en la que también tuvieron mala mar, pero ahora ya se encuentra mucho mejor. Ha sido casi una semana de travesía.