La princesa Leonor vive una de las etapas más exigentes de su formación militar a bordo del histórico buque escuela Juan Sebastián Elcano. Embarcada desde el pasado 11 de enero, la heredera al trono de España afronta una travesía de 17.000 millas, tocando puertos en ocho países antes de finalizar el viaje en Nueva York el 5 de junio. Sin embargo, su paso por alta mar no está siendo sencillo, y un nuevo incidente ha obligado al comando del barco a confinarla en su camarote por razones de salud.
Desde su partida, la princesa ha tenido que lidiar con cinetosis, el temido mal de mar. Mareos, náuseas y vómitos han sido parte diaria de su rutina. A pesar de los esfuerzos por adaptarse, Leonor no ha logrado aclimatarse a las condiciones extremas de la navegación, lo que ha derivado en repetidas caídas en cubierta y visibles magulladuras durante las escalas.
La princesa Leonor no logra librarse de la cinetosis
Hasta ahora, los percances se habían manejado con discreción. No obstante, en la madrugada del miércoles al jueves, mientras el Elcano avanzaba por aguas especialmente turbulentas en su ruta hacia Panamá, la situación se agravó.
Según fuentes cercanas al entorno militar, Leonor sufrió un nuevo episodio severo de mareo y deshidratación, que encendió todas las alarmas a bordo. Ante la gravedad de su estado, se decidió confinarla en su camarote para evitar complicaciones mayores.
Nuevo confinamiento
La travesía del Juan Sebastián Elcano ha seguido su curso normal, pero la ausencia de Leonor en las tareas de cubierta no ha pasado desapercibida entre la tripulación. A pesar de su fortaleza y voluntad de completar su formación, el desgaste físico que sufre la princesa es evidente. La navegación, que atraviesa uno de los tramos más duros antes de cruzar el Canal de Panamá el próximo 6 de mayo, exige una resistencia física que, por ahora, está pasando factura a la heredera.
Este confinamiento temporal no es el primer parón obligado para la princesa en este viaje. Desde sus primeros días en el buque se han producido momentos en los que ha sido necesario permitirle reposar lejos de las actividades oficiales. Sin olvidar las mencionadas caídas que ha sufrido en cubierta por fuerte oleaje o mareos, que han derivado en moratones que se le han visto en sus escalas.