Leonor inició una de las mayores aventuras de su vida a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano el pasado 11 de enero, pero poco tardó en convertirse en un verdadero infierno. Los reyes sabían que iba a ser muy complicado para ella, Letizia ya no quería que la realizase, no quería tener a su hija tan lejos de España y encima incomunicada durante la travesía. Felipe VI sabe que es su deber, pero las cosas no son tan fáciles como antaño. La hermana de Sofía se ha enfrentado a las nuevas tecnologías que no existían en la época de su abuelo y su padre. Ellos gozaron de intimidad y privacidad sin miedo. La princesa no se siente segura.
La hija de Felipe VI y Letizia ha tenido que acomodarse a esta nueva aventura. A diferencia de sus compañeros, ella solo ha tenido tres meses de instrucciones para prepararse. Se ha incorporado con los alumnos de tercer curso. Por este motivo durante los primeros días sufrió fuertes mareos y vómitos, tuvo que confinarse en su camarote ausentándose de las clases y requirió atención médica por deshidratación. Debido a los esfuerzos también sufrió alguna caída durante las maniobras provocando moretones en sus brazos.

Leonor no se siente segura en esta aventura, quiere abandonar
Pero lo peor llega cuando tiene sus días de permiso en las ciudades que visita. No sabía que iba a vivir una auténtica persecución mediática. Los medios de comunicación de todo el mundo están preparados a la caza de la mejor fotografía. En Brasil le adjudicaron una nueva pareja, uno de sus compañeros con el que acudió a una fiesta previa a carnaval. En Montevideo la fotografiaron en una playa tomando el sol en bikini, unas imágenes que se publicaron la semana pasada en las revistas. Y en Chile las cosas no mejoraron. Una persona anónima fotografió a la princesa con una jarra de cerveza en la mano y publicó la imagen en sus redes sociales. Pero lo peor es cuando se difundieron imágenes de las cámaras de seguridad de un centro comercial vulnerando su intimidad y privacidad. Casa Real tomó medidas en el asunto.
Leonor está viviendo una pesadilla, no se siente segura, tiene miedo y también por sus compañeros que son personas anónimas. Esta travesía está dando muchos quebraderos de cabeza a la princesa y Letizia y Felipe han puesto a un equipo de psicólogos a su disposición para que pueda enfrentar estos problemas y no se rinda. Quedan tan solo tres meses para terminar esta formación militar y pasar página.
Habla con los especialistas todas las semanas de forma telemática. Realiza la terapia mediante videollamada. Es fundamental para que su estado anímico no decaiga. Se está viendo superada por todos los acontecimientos.
