No cualquiera puede trabajar en Zarzuela. Para poder moverse entre esas paredes y servir a los miembros de Casa Real hay que cumplir una serie de requisitos muy estricto y pasar pruebas muy complicadas, basadas en la confidencialidad. Cuando entran a trabajar deben pasar por un control para identificar cualquier objeto peligroso, además se les cacheaba para evitar que se entren cámaras ocultas o micrófonos. También se les obliga a dejar sus pertenencias y el teléfono móvil en las taquillas de la entrada, pueden recogerlo al terminar su jornada laboral.
Aún todas las estrictas medidas que se toman para evitar filtraciones, alguna vez, un extrabajador puede irse de la lengua con algún medio de comunicación, como ha sucedido en estos últimos años. Esta persona, de identidad desconocida, ya que no quiso revelarla en el documental en el que aparece, trabajó en Zarzuela durante los primeros años de Letizia en la familia. Veía una gran preocupación en los entonces príncipes al ver como la corona podía desaparecer con las fechorías de Juan Carlos.
Esta persona explica en su nombre cosas como que para don Felipe y doña Letizia, el personal de la Casa estaba formado por "una pandilla de burócratas y funcionarios" que seguían "las consignas que nos daba el jefe de la Casa” y no tenían “libertad"
La reina Sofía sentía envidia de Letizia tras formarla para ser una buena reina
Aseguraba que Felipe y Letizia eran jóvenes y querían cambiar la institución. "Se quejaban mucho de la burocracia de la Casa. Ella quería organizar a los medios de comunicación y tenía la costumbre de hablar con sus amigos periodistas", afirma.
Revela que la reina Sofía empezó a sentirse celosa de Letizia al ver como la joven princesa generaba una gran expectación en España y fuera de las fronteras. "Recuerdo que la reina Sofía decía: 'He ido a la ópera y no me han sacado. ¿Qué tengo que hacer para salir más?'. Le decíamos que no se preocupara, que tenía los mejores datos de aceptación de la gente. Pero ella veía cómo Letizia le hacía sombra", explica. En aquel entonces ya se estaba quedado fuera de juego, y allí empezó la mala relación entre reinas, las envidias.
Este trabajador se saltó todas las normas de Zarzuela y las que rezan en el artículo de la Constitución. Los empleados de Zarzuela están obligados a mantener "la debida discreción sobre aquellos asuntos que conozcan por razón de su cargo”. Hace años que ya no trabajaba en palacio cuando habló, pero esta actuación podría haber tenido consecuencias muy graves.