Cuando eran pequeños, la infanta Cristina se llevó a todos sus hijos a Washington y posteriormente a Ginebra. No quería que estuviesen nunca en el foco mediático para no enfadar a Felipe y Letizia, y evitar cualquier tipo de comentario, como sucede con los hijos de la infanta Elena, Froilán y Victoria Federica, con los que se tomaron medidas drásticas. Hasta que no abandonaron el nido, los hijos de Iñaki, siempre fueron vistos como ángeles, pero ahora se ha comprobado que no son tan perfectos como Cristina intentó hacer creer a los demás.
Pablo Urdangarin siempre ha hecho de portavoz de la familia de forma muy educada y respetuosa, nunca ha perdido los nervios ni ha hablado más de la cuenta. El joven quiso seguir los pasos de su padre y juega en el Granollers de balonmano. Su intención es ser el mejor jugador de este deporte, pero está muy lejos de conseguirlo. Juan Urdangarin ha empezado a dar serios problemas a Cristina tras romper su relación, ha decidido dejar el trabajo y marcharse a Madrid, concretamente a Zarzuela, donde éste último año también han estado Miguel e Irene Urdangarin tomándose un año sabático.
Los hijos de la infanta Cristina desquician a Felipe y Letizia
La infanta Cristina está harta de que ninguno de sus hijos estudie. Miguel e Irene también han decidido poner una pausa en su camino. Los jóvenes coincidieron en Zarzuela y acompañaron durante unos meses a la reina Sofía, para el enfado de Felipe y Letizia, que les dejaron bien claro que Zarzuela no es un hotel. A partir de septiembre ambos deberán marcharse. Por ahora se sabe que Irene tiene que hacer las maletas sí o sí porque a partir del próximo mes iniciará sus estudios universitarios en una prestigiosa universidad de Londres, aunque por ahora se desconoce la carrera que ha seleccionado para su futuro.
Por otro lado, Miguel Urdangarin da más quebraderos de cabeza. El joven dejó su trabajo tras lesionarse en un curso para ser entrenador de esquí. Decidió tomarse un año sabático tras la operación. Y también se instaló en Zarzuela. Aunque éste se ha dedicado mucho más a la fiesta que a encarrilar su futuro.
Zarzuela intenta ocultarlo, pero Miguel Urdangarin sale muchas noches y ha organizado alguna reunión de amigos en Zarzuela que ha desesperado a los reyes. En más de una ocasión el personal de seguridad ha tenido que recoger al hermano de Irene de urgencia para evitar fotografías. Ha llegado en un estado preocupante. Solo está por la fiesta y no por el trabajo.
