En el complejo mundo de la realeza, donde la imagen y la percepción pública son fundamentales, la situación actual de Letizia capta la atención de muchos. La crisis matrimonial con Felipe VI ha intensificado una serie de tensiones que parecen estar afectando no solo su vida personal, sino también el ambiente en Zarzuela.

Los últimos tiempos han sido completamente difíciles y delicados en Zarzuela, desde que Jaime del Burgo y Jaime Peñafiel despertaron nuevamente lo que sería el pasado turbio de Letizia. Afirmaciones que, ciertas o no, parecen haber removido algo en la relación de los reyes. Además, es una situación que está afectando al resto de personas que laboran en el palacio. 

Letizia en Barcelona
Letizia en Barcelona

Siempre han existido rumores sobre la insatisfacción de los empleados, aunque cobraron más fuerza en los últimos meses. Según diversas fuentes, la presión y las exigencias del entorno laboral han alcanzado niveles que muchos consideran insostenibles. Los trabajadores, que desempeñan roles cruciales en la organización y funcionamiento del palacio, han expresado su frustración ante lo que perciben como un ambiente de trabajo cada vez más complicado. Y es que entre la pareja real hay conflictos y estos, inevitablemente, terminan por afectar a todos. Sigue leyendo para conocer los detalles. 

El tormento de Letizia, la vida en Zarzuela es una pesadilla 

La reina, conocida por su carácter fuerte y su compromiso con la modernización de la monarquía, es objeto de críticas en este contexto. Algunos empleados señalan que su estilo de liderazgo es autoritario y esto no se debe únicamente a su forma de ser, hay que destacar que en el palacio es ella la que decide.

En el pasado, la asturiana había marcado reglas que limitaban el contacto del personal con sus hijas, especialmente con Leonor. Este aislamiento no solo afectó la relación madre-hija, a su vez, creó un entorno en el que la reina asumió el control total de las decisiones relacionadas con la educación y el bienestar de sus hijas. Sin embargo, la reciente ausencia de la princesa y la infanta Sofía, junto con la ruptura de la convivencia con Felipe, han exacerbado su sensación de soledad y vulnerabilidad.

Leonor y Letizia GTRES
Leonor y Letizia GTRES

La situación es toda una pesadilla, porque los problemas con el rey y lo que se filtra públicamente le han creado la idea de que está constantemente bajo vigilancia, incluso en sus aposentos personales. Así que vive una paranoia, se cree que es una figura rodeada de enemigos y espías. Esta percepción genera inquietud entre los empleados, quienes la ven obsesionada con la idea de que todos a su alrededor conspiran en su contra. Este cambio en su comportamiento habría llevado a un ambiente de trabajo complicado, donde la confianza se ha visto mermada.

En otras palabras, Letizia, convencida de que su propio personal podría estar recopilando información para perjudicar su imagen, comenzó a restringir aún más el contacto con ellos. Esta paranoia es fatal para los empleados, quienes se encuentran atrapados entre su lealtad hacia la Corona y el temor a posibles represalias. La atmósfera en la Zarzuela es cada vez más densa.