El serial infinito en el que se ha convertido la corona británica vuelve a sorprendernos con una trama secundaria, pero de alta tensión y un morbo innegable. La china le ha tocado a Enrique de Sussex, miembro periférico de los Windsor y enfrentado por tierra, mar y aire contra su sangre. Vaya panorama, el del marido de Meghan Markle: un padre enfermo de cáncer y una cuñada convaleciente, ambos acusados de racismo contra sus hijos Archie y Lilibeth; una madrastra regente a quien odias profundamente por hacerle el salto a tu madre Diana de Gales; un hermano y futuro rey que te quiere a 10.000 kilómetros de distancia; unas memorias incendiarias y una opinión pública nacional hostil. El hombre, desde California, vive con el corazón en un puño constantemente. Y el último golpe viene, precisamente, de territorio USA.
Mira que, por norma general, los norteamericanos son mucho más amables y hospitalarios con el exroyal, especialmente por su relación matrimonial con una de los suyos. Una famosa, con estilo, actriz e icono para millones de seguidores. Pues ni así. A Enrique el pasado lo persigue, rompiendo aquella máxima de 'lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas'. La juerga del entonces príncipe en la ciudad del pecado, en 2012, quedó bien documentada gráficamente y ligeramente expuesta en la opinión pública. Todo gracias a una exstripper con ánimo de venganza y expectativas económicas serias. Y fotos, muchas fotos. Humillantes, sí.
Carri Royale, la interfecta dominatrix, amenaza de publicar todo el material inédito de aquella habitación de hotel. Mucho más que la famosa estampa del duque abrazado a otra mujer, los dos desnudos. La historia se ha explicado muy por encima, y de hecho esta es una de sus motivaciones de la señora. La otra es la pasta, pero ya llegaremos. The Sun ha hablado con ella y resulta que está muy enfadada porque en las famosas memorias del Sussex, este pasaje se ha tratado de manera falsa, manipulada e interesada. Ella está dispuesta a desembuchar sobre la noche que se besó con Enrique en compañía de más strippers. La principal ofensiva es curiosa: quiere poner las fotos en la plataforma de pago Only Fans, especializada en contenido para adultos. Un extremo que plantea dudas legales, pero no le importa. De momento.
Carri, quien califica a Enrique como un "maldito idiota", espera facturar 2 millones gracias a su movimiento intimidatorio. Sabe que dinero no le falta al Sussex, pero le sobran problemas. Pagar para evitar una catástrofe reputacional está sobre la mesa, aunque no se ha tomado ninguna decisión de manera oficial. Ahora bien, la señora, por si no acaba fructificando el envite, ya se ha embolsado unos dólares subastando los presuntos calzoncillos del hijo del rey de Inglaterra en su momento más testosterónico. Está montando un buen circo. Queda por ver si la función será completa o si Carrie se estrella con sus acrobacias. Ahora, que a Enrique "le crecen los enanos", también.
Ex-stripper who 'kissed' Duke of Sussex on Las Vegas night out during his wild party prince days threatens to leak pictures of him 'in the buff' on OnlyFans in revenge for being 'whitewashed' from his memoir | Daily Mail Online https://t.co/NAfnmh9Xpl
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