Las inminentes festividades del Reino Unido sacuden las complicadas relaciones familiares en Buckingham Palace. Concretamente, el nudo marinero que hay entre Enrique de Sussex, su padre y rey, Carlos III, y también el hermano y heredero, el príncipe Guillermo. El 15 de junio se celebra el 'Trooping the colour', el Día de la bandera y homenaje tradicional por el cumpleaños de los monarcas ingleses. Una cita solemne, con parada militar. El hijo díscolo no estará, no ha sido invitado. La corona no quiere que su presencia ensucie el gran día, a pesar de los supuestos intentos de acercamiento realizados por el soberano, y que han quedado en nada. Parece que el marido de Meghan Markle no da su brazo a torcer.

En todo caso, ni unos son los buenos de la película, ni los otros los malos. Aquí todo el mundo tiene su participación en los episodios negativos, como también en los más positivos. Resulta que ahora Enrique desea la reconciliación con el abuelo de sus hijos, Archie y Lilibet. Que su viaje exprés a Londres para reunirse con él al anunciar el cáncer era un ofrecimiento sincero de amor, paz y estima. Un esfuerzo pagado con indiferencia y presión por parte de Camila, con la que la relación es nefasta. Después de aquella vivencia y otras experiencias desagradables, como el viaje promocional de los 'Invictus Games', el príncipe huido todavía confía en llegar al entendimiento y el perdón. A la unidad. El experto Tom Quinn nos deja de piedra, una vez más.

Carlos III / GTRES

Para el periodista especializado en la corona inglesa, el hijo pequeño del rey "está viviendo una auténtica pesadilla mientras intenta negociar una llamada telefónica para hablar con él directamente". Qué mejor día que el 16 de junio, el día siguiente del desfile militar, cuando tiene lugar el Día del padre anglosajón. La carga sentimental es evidente, pero tampoco parece que la aproximación tenga posibilidades de fructificar. "El cumpleaños del rey Carlos y el Día del padre son una pesadilla porque sabe que todo el mundo estará observándolo y juzgando si es lo bastante importante para acercarse a su padre enfermo. Está decidido a tratar de ignorar la problemática relación y pretende enviar un mensaje de calor". Ahora bien, Quinn apunta el gran problema que dificulta la solución: la enorme envidia que hay en el interior de Enrique, y que provoca cismas cuando ve a su padre.

Enrique de Inglaterra y Meghan Markle / GTRES

¿De qué tiene envidia? Fácil. De su hermano Guillerom, al que tampoco soporta. La frase del experto, en relación al marido de Kate Middleton: "Es fácil olvidar que Enrique ama a su padre, pero sencillamente odia el hecho de que siempre se pone de parte de Guillermo cuando hay una disputa familiar". Eso es lo que ha destrozado la relación familiar. Una teoría que cuadra bastante, porque todos sabemos cómo son tratados los royals de primera y de segunda fila. Piensen en la infanta Elena, o ahora en la infanta Sofía. Los favoritismos se pagan. Enrique quiere, pero no puede perdonar.

Carlos, Guillermo y Kate en el 'Trooping the colour' 2023 / GTRES