El Reino Unido vive con el corazón en un puño y su realeza es la causante de todos y cada uno de los sustos. Carlos III y Kate Middleton han alborotado el gallinero con sus preocupantes noticias médicas y la gestión, nefasta, pero en cierta manera humana, de su comunicación al país que les paga sueldos y privilegios. Lo hacían en un ambiente ya crispado de serie, por la guerra inacabable entre Enrique de Sussex y su mujer Meghan Markle contra el resto de la saga. Las relaciones tirantes entre las partes han vuelto a quedar en evidencia durante esta montaña rusa. Humillado por Guillermo y Kate, que no le comunicaron personalmente la enfermedad, y acosado por Camila para no perturbar a Carlos III. Si Enrique no tuviera bastante, ahora ve como un nuevo incendio le amenaza. Y procede de los EE.UU., donde reside de manera permanente después de su salida de The Firm.
Un escándalo sexual está salpicando al hijo menor de Diana de Gales; el que afecta al famoso cantante Puff Diddy, de nombre real Sean Combs. La policía ha asaltado sus residencias en Los Ángeles y Miami, después de que un juez admitiera las denuncias por violación, agresión y tráfico sexual. 4 mujeres han presentado cargos contra el artista y ex de Jennifer López, en una operación policial que deja imágenes impactantes. Todo el mundo del chismorreo USA habla del caso, es una bomba.
Las acusaciones a Diddy parten de una expareja, Cassie, que asegura haber sido violada y agredida varias veces, aparte de obligarla a mantener relaciones sexuales con prostitutos mientras él observaba la escena. Presuntamente, el rapero grababa todo y distribuía el material. Otra denuncia por agresión sexual es contra él y Harve Pierre, expresidente del sello Bad Boy, después de violar en grupo a una menor de 17 años, y traficar sexualmente con ella. La investigación ha propiciado los registros, mientras el señalado emitía un comunicado de inocencia en redes: "No hice ninguna de las cosas horribles que se alegan. Lucharé por mi buen nombre, mi familia y la verdad". El dibujo es estremecedor, al estilo Epstein. Y eso, añadido a que Enrique de Sussex aparezca en el sumario, hace reaparecer el fantasma de la oveja negra de Windsor: Andrés, hermano de Carlos III y caído en desgracia por su relación con la red.
#TMZ has the first video of #Diddy after his homes were raided by the feds Monday -- he was caught pacing around Miami airport. https://t.co/F84js7uo79 pic.twitter.com/vGSlxBrtNX
— TMZ (@TMZ) March 26, 2024
Enrique es citado en una de las demandas contra el músico: "El Sr. Combs era conocido para organizar las mejores fiestas. Le otorgaron acceso a celebridades como atletas, políticos, artistas y dignatarios internacionales como el príncipe Enrique," se escribe en la documentación del caso. Hablamos de chicas "a disposición" de invitados ilustres. No es una implicación, pero hacerse preguntas es el siguiente paso al descubrimiento. Las malas compañías de los royals británicos han provocado mucho dolor a las víctimas, y también una enorme vergüenza en el Reino Unido. Que el duque de Sussex aparezca en estos ambientes podría ser la puntilla a su reputación. La pena de la sospecha.