La reina Letizia se encuentra ante una decisión crucial en cuanto a su salud: someterse a una intervención quirúrgica para tratar el neuroma de Morton, una dolencia que afecta los nervios de la planta del pie y que lleva años causándole un dolor intenso. Este problema, combinado con una metatarsalgia crónica, ha impactado significativamente en su capacidad para cumplir con las exigencias de su papel como representante de la Corona.

En las últimas semanas, una exploración médica rutinaria reveló un empeoramiento de su condición, lo que ha llevado a su equipo médico a recomendar encarecidamente una intervención quirúrgica antes de que el problema se agrave aún más. El neuroma de Morton provoca una sensación constante de tener un objeto extraño en el zapato, así como dolor agudo y entumecimiento en los dedos del pie afectado. Aunque no es visible externamente, los síntomas son debilitantes y afectan gravemente su calidad de vida.

Letizia y Felipe VI, GTRES

La reina Letizia empeora de su dolencia en los pies

A lo largo de los años, Letizia ha adoptado medidas conservadoras para manejar la dolencia, como reducir el uso de tacones altos, una elección que no solo ha respondido a motivos estéticos durante años, sino también al protocolo exigido por su papel en la Casa Real. Los tacones, especialmente los de entre cinco y siete centímetros que ha tenido que utilizar de manera habitual, han sido un factor clave en el desarrollo y agravamiento de su condición. A pesar de haber renunciado a ellos, el avance de la enfermedad ha llegado a un punto crítico.

El tratamiento conservador incluye fisioterapia, reposo prolongado, y el uso de dispositivos ortopédicos para aliviar la presión en la zona afectada. Sin embargo, estas medidas ya no son suficientes para frenar el progreso del dolor crónico. Según los especialistas, si no se interviene quirúrgicamente, existe el riesgo de que la condición se vuelva aún más incapacitante, limitando su capacidad para cumplir con las demandas de su apretada agenda pública.

Letizia sentada en una recepción

La cirugía empieza a ser necesaria y urgente

El equipo médico ha señalado que la cirugía es la única solución viable en este punto. Aunque el procedimiento no garantiza una cura definitiva, permitirá aliviar los síntomas y prevenir un deterioro mayor. La operación consistirá en la extirpación parcial del nervio afectado, lo que requerirá un período de recuperación de aproximadamente dos semanas. Durante este tiempo, la reina deberá planificar cuidadosamente su agenda para minimizar su ausencia en actos oficiales. Las intenciones pasan por que lo haga en este 2025.