La princesa Leonor, en su proceso de formación militar, se enfrenta a uno de los mayores retos de su vida: su participación en la travesía del buque escuela Juan Sebastián Elcano. Siguiendo los pasos de su abuelo Juan Carlos I y su padre, el rey Felipe VI, la joven ha asumido esta experiencia con ilusión, pero también con cierto temor debido a las dificultades que conlleva. Como ya advirtió el monarca, esta es una de las experiencias más duras que un miembro de la familia real puede atravesar.

Desde que embarcó, Leonor ha tenido que adaptarse a un riguroso horario de clases y entrenamientos, con poco tiempo para descansar y largas jornadas en alta mar. Los primeros días no fueron fáciles para la princesa, quien sufrió el conocido "mal de tierra", una afección que afecta a los navegantes al enfrentarse al movimiento constante del barco. Este desajuste, que afecta el órgano del equilibrio, provocó en Leonor severos mareos y náuseas, llegando incluso a ausentarse de las primeras clases para recuperarse en su camarote.

Leonor buque escuela

Percance de la princesa Leonor en cubierta

El equipo médico del buque explicó que este tipo de mareo por movimiento es común entre los principiantes y que, aunque los síntomas pueden ser incómodos, suelen desaparecer con el tiempo. Sin embargo, este malestar inicial desencadenó un incidente más grave para la princesa.

La madrugada del martes, mientras realizaba una guardia, Leonor sufrió un accidente en la cubierta del barco. A causa de su mareo y el movimiento del buque, la princesa resbaló al bajar unas escaleras, provocando un golpe que alarmó a toda la tripulación. Según las fuentes, el incidente ocurrió en un momento crítico, ya que la cubierta estaba húmeda y las condiciones eran adversas.

Leonor / GTRES

Golpe grave, pero sin consecuencias

El equipo médico del Juan Sebastián Elcano actuó rápidamente para atender a la princesa. Aunque el golpe fue grave, los médicos aseguraron que no tendrá consecuencias a largo plazo. Leonor sufrió contusiones que requirieron atención inmediata, pero gracias a los cuidados recibidos, pudo continuar con sus actividades.

De hecho, tampoco le impidió salir por Las Palmas el miércoles por la noche con algunos cadetes, en una escapada que acabó con un retraso colectivo respecto a la hora de llegada y en algunas amonestaciones.