La princesa Leonor comenzó el 29 de agosto su formación en la Escuela Naval de Marín, en Pontevedra, para cursar el tercer año de su preparación militar. Como guardamarina de primero, su formación en el cuerpo general de la Armada promete ser exigente. Sin embargo, la joven heredera no está atravesando su mejor momento físico, lo que ha generado preocupación en su entorno más cercano, especialmente en la Casa Real y, en particular, en su padre, el Rey Felipe VI.
Desde el ingreso de Leonor en la academia, se ha señalado que su formación será tan dura como la de cualquier otro cadete. Según el comandante director de la academia, Pedro Cardona, los días de los estudiantes son intensos, desde el amanecer hasta la noche. Se busca alcanzar un nivel de excelencia. Esta rutina estricta es un desafío para cualquier aspirante, pero para Leonor, las alarmas han saltado debido a su estado físico, que no parece estar a la altura de las exigencias que le esperan en la Armada. Ha llegado a Pontevedra en un estado preocupante. Grave, teniendo en cuenta las exigencias que le esperan en el ejército del mar.
El estado físico de Leonor preocupa en la Escuela Naval de Marín
Las fuentes de la Escuela Naval han advertido que, si Leonor no cambia sus hábitos, le resultará extremadamente difícil adaptarse al rigor de la formación militar. Aunque durante su estancia en la Academia Militar de Zaragoza las pruebas físicas fueron más indulgentes, en Marín no habrá concesiones, ni siquiera para la futura reina. El ambiente allí es mucho más exigente, y la princesa necesita ponerse en forma rápidamente para poder estar a la altura.
Es por ello que se ha diseñado un plan específico para Leonor, que incluye la intervención del equipo médico de Zarzuela, bajo la supervisión directa de Felipe VI. El rey, profundamente preocupado por la salud de su hija, ha ordenado que los especialistas vigilen de cerca su evolución y le ayuden a recuperar un estado físico óptimo. El problema principal radica en los malos hábitos alimenticios que Leonor ha adquirido en los últimos meses, descuidando la estricta dieta que su madre, la reina Letizia, siempre ha promovido.
Demasiado aficionada a la comida rápida
Estos malos hábitos quedaron en evidencia durante su primera noche en Pontevedra, cuando Leonor fue vista visitando locales populares como el bar La Botica y el pub Moncloa. Tras regresar al cuartel, hizo una parada para comprar un panini en una tienda de 24 horas, reflejando su gusto por la comida rápida, algo que ya se había mencionado durante su estancia en Zaragoza, donde se sabía de su afición a las hamburguesas y pizzas. Con el apoyo del equipo médico y la intervención de la Casa Real, se espera que Leonor logre adaptarse a las demandas físicas de su formación, bajo la atenta mirada de su padre, quien sigue de cerca su progreso.