El trágico fallecimiento de Erika Ortiz, hermana de la reina Letizia, sigue envuelto en misterio casi dos décadas después. A día de hoy, las circunstancias que rodearon su muerte siguen siendo un enigma. Su muerte, ocurrida el 7 de febrero de 2007, dejó una marca imborrable en la vida de la reina y en la de su familia.

El cuerpo sin vida de Erika fue encontrado por su pareja, Roberto García, en el apartamento de Letizia, donde residía en ese momento. Según los informes oficiales, había consumido una ingesta masiva de barbitúricos, poniendo fin a una larga lucha contra la depresión. Su muerte dejó huérfana a su hija Carla Vigo, que en aquel entonces tenía solo 6 años.

Letizia llorando funeral Erika Ortiz

Relatos contradictorios sobre su muerte

Las especulaciones sobre los motivos de su fallecimiento han sido numerosas. Jaime Peñafiel deslizó que su depresión podría estar relacionada con una supuesta donación de óvulos a Letizia para concebir a Leonor y Sofía. Apuntó el cronista que Letizia tenía problemas de fertilidad y que tuvo que recurrir a su hermana. Y que cuando nacieron, Letizia no permitió a Erika acercarse a sus ‘medio hijas’, lo que la llevó a desesperación y aun final trágico. Sin embargo, esta teoría carece de pruebas que la respalden.

Lo cierto es que tiene más sentido lo que apunta David Rocasolano, primo de Erika y autor del polémico libro "Adiós, princesa". Rocasolano señala a Letizia como una de las responsables de su soledad y sufrimiento, y que la presión mediática y su difícil situación personal fueron los verdaderos detonantes de su trágico final.

David describe a Erika como una mujer vulnerable, que se sentía abandonada y desprotegida. Según su versión, la hermana de Letizia no pudo soportar el acoso mediático y la tensión familiar, sintiéndose completamente sola en sus últimos momentos.

Una conversación fatal

Uno de los detalles más inquietantes sobre el fallecimiento de Erika Ortiz es la supuesta conversación que mantuvo con Letizia justo antes de su muerte. Una llamada que duró exactamente cuatro minutos y estuvo cargada de angustia y desesperación.

Erika Ortiz

Erika, en un estado de profunda tristeza, le confesó a su primo que se sentía sola y desprotegida. Se quejaba de que su hermana la había dejado de lado, incapaz de brindarle el apoyo que necesitaba en un momento de gran vulnerabilidad. “Erika estaba más insegura, más débil, más triste. Me dijo que la situación se salía de madre, imaginé que por la presión mediática sobre ella y su hija tras haberse separado de Antonio. 'Me han dejado sola, David, me siento sola'. Se refería a Letizia. Supuse que tras reaparecer Erika en la prensa rosa había recibido alguna de las típicas llamadas histéricas y controladoras de Letizia. Y Erika no había sido capaz de mandarla a la mierda”, señala Rocasolano. Es decir, la última conversación entre las hermanas habría estado marcada por la tensión, el reproche y el dolor.

Tras su fallecimiento, Letizia experimentó un fuerte sentimiento de culpa, algo que, según Rocasolano, estaba completamente justificado. La relación entre ambas estaba fracturada, y Erika no pudo soportar el peso del abandono.