Casa Real nunca ha querido que se hablase de este asunto, cualquier tema relacionado con Erika Ortiz lo ha encubierto. La hermana de Letizia se suicidó en febrero de 2007, cuando ella era princesa de Asturias. Fue uno de los mayores escándalos para la corona. A primera hora de la mañana de ese lluvioso 7 de febrero se confirmaba el fallecimiento de la hija de Paloma Rocasolano. Los Ortiz Rocasolano se reunieron en el tanatorio en compañía de los Borbón, y se vivieron momentos de máxima tensión. El escultor Antonio Vigo se encaró a Juan Carlos I gritándole “vosotros la habéis matado”. La madre de Carla Vigo atravesaba una profunda depresión desde hace tiempo, de hecho había pedido la baja. Tenía todo premeditado. Dejó a su hija con la vecina aquella noche. Se tomó un bote de barbitúricos y se quedó dormida. Al día siguiente fue Roberto, su pareja de entonces, quien se la encontró muerta en la cama y comunicó la noticia a sus familiares, que ya hacía tiempo que se temían lo peor.
Erika Ortiz se suicidó porque Letizia no dejaba que viese a Leonor
Según Jaime Peñafiel, siempre respaldándose en sus fuentes, Erika Ortiz se habría suicidado por culpa de Letizia. La reina, supuestamente, en aquel entonces, tenía problemas para quedarse embarazada y estaba sometiéndose a un tratamiento hormonal en Valencia debido a un "problema genético". Según sus fuentes, Letizia le pidió a su hermana Erika sus óvulos para poder concebir. Esta información nunca debía salir a la luz, ya que se había decidido que Letizia y Felipe serían los padres biológicos de Leonor y Sofía sin que Erika tuviera ninguna responsabilidad sobre las niñas.
Este tema, tan inesperado como perturbador, ha causado revuelo a nivel mundial y ha afectado profundamente a la reina Letizia. No necesariamente por la certeza de las afirmaciones, que aún deben confirmarse, sino porque la implicación de que ella pudiera ser indirectamente responsable del suicidio de su hermana la ha dejado devastada.
De acuerdo con Jaime Peñafiel, Erika Ortiz habría querido conocer a Leonor tras su nacimiento en 2006, pero Letizia y Felipe supuestamente le habrían impedido revelar que los óvulos eran suyos. Esta situación, según el periodista, habría sumido a Erika en una grave depresión que culminó con su suicidio. Peñafiel insiste en aclarar: "no lo digo yo, lo dicen mis fuentes". Esta revelación ha añadido otra capa de controversia y dolor a la ya delicada situación de la familia real española. En su libro Los silencios de Letizia, Peñafiel aborda este espinoso tema y asegura que el CNI consideró plausible esta controvertida teoría.