Ernesto de Hannover es sinónimo de polémica. Casi siempre lo acompañan los problemas con el alcohol, el enfrentamiento con sus hijos o alguna pelea pública. Aunque, nunca antes, las consecuencias de sus actos habían sido tan graves como esta vez: fuera de sí, ha sido detenido e ingresado en el psiquiátrico.
Los hechos ocurrieron la madrugada del miércoles al jueves, según ha adelantado el diario austríaco Kronen Zeitung. Ernesto Augusto estaba en su casa de campo en el norte de Austria, en la pequeña localidad de Grünau im Almtal, cuando llamó a la policía y les dijo que alguien intentaba matarlo. Cuando una patrulla llegó al lugar, sólo encontró a una pareja que aseguró que no había visto nada. Ambos ayudaron a los agentes a localizarlo.
"Skandalprinz" Ernst August von Hannover will in seinem Jagdhaus in Oberösterreich von Polizisten geschlagen worden sein. Das behauptet der 66-Jährige im „Krone"-Interview und zeigt seine Verletzungen.https://t.co/RBP5qvEluI pic.twitter.com/CqhngMTTzR
— Kronen Zeitung (@krone_at) July 16, 2020
Después de unos minutos de búsqueda, la policía encontró al exmarido de Carolina de Mónaco en el pabellón de caza de su finca austríaca, enloquecido cuando vio a la pareja. Tal y como afirma el mismo medio, Ernesto de Hannover se puso muy agresivo e intentó enfrentarse al hombre, después de gritar, una y otra vez, que era él quién había querido asesinarlo porque no le daba la medicación.
Exaltado, el aristócrata habría agredido a los agentes. Cogió a uno por la cabeza, que se deshizo de él con una fuerte patada que consiguió reducirlo. Pero con eso no fue suficiente, porque en aquel momento los amenazó con un cuchillo de 30 centímetros. Golpeó a otro policía y finalmente lo inmovilizaron en el suelo, lo detuvieron y lo llevaron custodiado al hospital de Vöcklabruck, donde fue internado en el ala de psiquiatría.
Fotos de un Ernesto de Hannover demacrado, y mucho más delgado de lo que es habitual, ilustran el reportaje del Kronen Zeitung, que también recoge la versión del príncipe alemán, liberado horas más tarde cuando los médicos lo consideraron estabilizado. Afirma que llamó a la policía porque había sufrido una hipoglucemia y se encontraba muy mal. También denuncia que los agentes le bajaron los pantalones, le pegaron y lo arrastraron por una habitación donde pretendían torturarlo.
Ahora las autoridades plantean la posibilidad de retirarle la licencia de armas, porque consideran que el estado mental del noble puede suponer un peligro para él mismo y también para el resto. La investigación de los hechos continúa en marcha.