Con amor Meghan es el documental en Netflix de la vida de Meghan Markle y Enrique de Inglaterra que a muchos espectadores les ha parecido aburrido, una tabarra. Estén muy pendientes de la revista Lecturas de este miércoles donde Pilar Eyre se ha visto obligada profesionalmente a ver los 8 capítulos y ha acabado sentenciando que este trabajo no está suficientemente bien pagado. Parece que todo es de un sopor y una frivolidad que causan vergüenza. Los frívolos Sussex, llamados a ser los nuevos reyes de Inglaterra cuando muera Carlos III si el príncipe de Gales no da un paso adelante y asume sus obligaciones a la Corona, tienen otra ventana para ser simples aparte de la TV: Instagram. Y para el 8-M la actriz y princesa colgó una cola de imágenes supuestamente bucólicas y familiares pero con una que ha levantado críticas en los EE.UU., muy formales con las normas de protección de niños. No es porque exhiba a su hija Lilibet sino porque la llevan en un yate o lancha sin cumplir los mínimos requisitos de seguridad, esencialmente llevar un chaleco salvavidas naranja de aquellos que si la criatura se cae al mar no se ahoga y flota mientras la rescatan. Es obligatorio el chaleco, pero no quedaba bien en las fotos. Frívola Meghan, bobo Harry, pobre Llilibet, pijos Windsor:
La familia, los duques y los dos hijos Archie y Llilibet, viven en Montecito, California y en este territorio la ley establece que los niños menores de 13 años tienen que llevar puesto el chaleco salvavidas en todo momento mientras estén en una embarcación. La protección tiene que ser aprobada por la Guardia Costera y tiene que ser del tipo y medida que toque según las condiciones y la actividad marítima. Meghan Markle se está ganando en polvo la antipatía del Planeta con frases como "Amiga no me llames Markle, llámame Sussex", haciendo pasar su título por un apellido. En España la infanta Elena no se hace llamar duquesa de Lugo entre los amigos, y es de sangre real desde la cuna, pija y absurda hasta el infinito. Pero sabe evitar el ridículo de Meghan exigiendo ser denominada Sussex, como su título nobiliario reciente, no de nacimiento.
Harry se deja hacer, ha pasado de títere de Buckingham a títere de Meghan. Parecía mejor, como cuando escribió en su libro de memorias un párrafo demoledor sobre los burócratas de Buckingham: "Yo les tenía una gran antipatía y ellos no me soportaban. Me consideraban irrelevante en el mejor de los casos, imbécil en el peor. Pero, sobre todo, sabían que los veía como usurpadores. En el fondo, sospechaba que ellos se consideraban el Verdadero Monarca y que estaban aprovechándose de la reina en su vejez, sacando partido a su posición influyente mientras solo aparentaban servirla". Exactamente, pasa ahora con otro anciano enfermo, Carlos III dejando campo libre al retorno de Enrique de Inglaterra.
Enrique, más que probable próximo rey de Inglaterra, GTRES
La sucesión vuelve a ser un asunto meramente familiar, Carlos III está decidido a abdicar para pasar los pocos años que le quedan de vida en paz, y el príncipe de Gales, Guillermo, duda de si dejar pasar el turno. No tiene fuerzas para reinar solo, con la mujer enferma y los hijos pequeños. Harry parecía sabia nueva, pero al final es como todos: un niño pijo, consentido y bobo.