Este días son peligrosos. Y lo son básicamente por una aberración: las cenas navideñas de empresa, como la que acaban de celebrar en Atresmedia o en muchos otros lugares. También en palacio. Festorros que se montan en las diferentes empresas donde la mayoría pierden los papeles, donde a menudo se ve a jefes haciendo cosas que no tocan, donde muchos trabajadores y trabajadoras con un nivel etílico considerable después no se atreven a entrar en la oficina con la cabeza alta, donde todo cuesta una fortuna, donde todo está a petar, donde no hay taxis en ningún sitio y donde el alcohol y la desinhibición corren que se las pelan. Y si no, que se lo pregunten a Buckingham, donde han tenido que hacer un comunicado urgente después del enésimo escándalo.
"Somos conscientes de un incidente fuera del puesto de trabajo que involucró a varios miembros del personal que habían asistido previamente a una recepción en el Palacio a primera hora de la tarde. Si bien se trató de una reunión social informal, no de una fiesta oficial de Navidad en Palacio, los hechos serán investigados a fondo, se seguirá un proceso disciplinario sólido en relación con el personal individual y se tomarán las medidas apropiadas". Eso es lo que han emitido desde allí. ¿Qué ha pasado? Pues que a alguien se le fue la mano y protagonizó unos hechos lamentables. Pongamos en situación: el pasado martes un miembro del personal del Palacio de Buckingham era arrestado al verse en medio de un incidente muy desagradable que ha hecho que la familia real rompa su silencio con el mencionado comunicado.
Según el diario The Sun, una mujer perdió totalmente los papeles, "fuera de sí", y empezó a romper muchos vasos de cristal intentando agredir al gerente del local de Londres donde se estaba celebrando la fiesta de Navidad con presencia de más de 50 invitados que no daban crédito. Una mujer de 24 años con un más que evidente estado de ebriedad que fue arrestada "por agresión y alteración del orden público". Un berenjenal considerable el que se formó con la mujer, que después de ser detenida fue puesta en libertad la noche siguiente después de recibir una multa por desorden, según el informe policial. La cuestión es que unas horas después se supo que se trataba de una joven que formaba parte del equipo doméstico de palacio, salpicando a la familia real británica con un nuevo escándalo, y ya hemos perdido la cuenta de la larga lista de los últimos tiempos.
Una fiesta donde los miembros ausentes más destacados fueron los ya habituales príncipe Enrique y Meghan Markle, que pasarán las fiestas lejos de allí, en California, con sus hijos, pasando olímpicamente de esta reunión familiar organizada por Carlos III que acabó con escándalo, cristales rotos y una detenida. Un nuevo marrón para Buckingham, que no han pasado precisamente el mejor año de sus vidas con los cánceres diagnosticados al rey Carlos y a Kate Middleton.