Desde que Juan Carlos I se trasladó a Abu Dabi en agosto de 2020, la relación entre el rey emérito y la familia real ha estado marcada por la distancia y una extrema discreción. Tras su salida de España en medio de un clima de controversias y escándalos, las visitas del monarca a su país natal han sido motivo de atención mediática y tensiones dentro de la Casa Real. Sin embargo, en los últimos años, el rey emérito ha logrado regresar en varias ocasiones, aunque siempre bajo estrictas medidas de reserva.
Durante el año 2021, Juan Carlos I no realizó ninguna visita a España. No fue hasta 2022 cuando regresó por primera vez, causando un gran revuelo y molestias en el seno de la familia real. Ante este descontento, se le impuso la condición de solicitar permiso para cualquier futura visita. Esto marcó un periodo de restricciones que, con el paso del tiempo, se fueron relajando. A medida que Juan Carlos mostró un perfil más bajo en sus apariciones, la familia real decidió levantar el "castigo" y ya no fue necesario que pidiera permiso para regresar al país.
Juan Carlos I, aunque de forma discreta, entra y sale de Zarzuela como Pedro por su casa
En 2023, el monarca emérito realizó varias visitas a España, la mayoría bajo el pretexto de asistir a las regatas, una de sus grandes pasiones. También aprovechó para estar presente en eventos importantes, como el 18 cumpleaños de la princesa Leonor o el 60 cumpleaños de la infanta Elena. Esta tendencia ha continuado en 2024, con visitas más frecuentes. Aunque ha sido evidente que Juan Carlos I ha incrementado su presencia en territorio español, su alojamiento no ha sido en Zarzuela, donde tiene prohibido pernoctar. En lugar de eso, se hospeda en el hotel Four Roses.
Sin embargo, esto no significa que Zarzuela no haya sido parte de su itinerario. Lo que ha llamado la atención es que el rey emérito ha estado entrando y saliendo del palacio por la puerta de servicio, evitando cualquier tipo de exposición pública. Esta maniobra, cuidadosamente orquestada por la escolta de la Casa Real, ha permitido que Juan Carlos I mantenga una relación cercana con su familia sin generar un cisma mediático. Su presencia en Zarzuela se ha mantenido en el más absoluto secreto, protegiendo así la imagen de la monarquía y de su hijo, el rey Felipe VI.
Juan Carlos I volvió a Zarzuela el pasado lunes
Uno de los ejemplos más recientes de esta discreción ocurrió durante su visita a España para asistir al funeral de Juan Gómez-Acebo, hijo de la infanta Pilar y sobrino del rey emérito. La ceremonia, dividida en dos partes, se llevó a cabo en San Isidro y en la Catedral Castrense de Madrid. Pero la visita de Juan Carlos no se limitó a ese evento. También asistió al cumpleaños de su sobrina, Victoria Federica, por el cual se celebró una comida en Zarzuela. Una vez más, el rey emérito entró y salió por la puerta de servicio, evitando ser fotografiado en el interior del recinto.
Este esfuerzo por mantener un perfil bajo es especialmente crucial después de que se revelara la creación de una fundación en Emiratos Árabes, impulsada por Juan Carlos y las infantas para centralizar su fortuna. La fundación permitiría a sus hijas heredar sin pagar impuestos, un tema que ha generado aún más controversia en torno a la familia real.