Se conoce que la reina Letizia siempre ha sido una madre muy controladora. La consorte siempre ha intentado estar al tanto de todos los movimientos de la princesa Leonor y la infanta Sofía, controlando desde el uso del teléfono móvil o las redes sociales, que siempre han tenido muy limitado, hasta la comida que ingieren cuando no comen en la Zarzuela. Ya cuando iban al colegio, Letizia intervino el menú de la escuela Santa María de los Rosales para reducir la cantidad de fritos, carnes y azúcares, y aumentar el consumo de verduras, purés, pescados y frutas.
Asimismo, a la reina no le gustó que Leonor se fuera a estudiar a Gales. Y tampoco que lo haya hecho la infanta Sofía. Ello implicaba que tenían que vivir solas. De hecho, Letizia pidió informes diarios sobre Leonor y también los ha pedido de Sofía.
La reina Letizia pierde el control sobre la princesa Leonor
Pero en la Academia Militar de Zaragoza, Letizia ha perdido parte de este control. Los militares se han negado a informar de lo que ocurre en el centro. Aun así, Letizia tiene algunos aliados. Concretamente, los escoltas de Leonor. Aunque deberíamos decir “tenía”. Y es que los escoltas ya no escuchan a Letizia. Ahora obedecen a Leonor.
Los escoltas siempre han sido utilizados por la reina para controlar y vigilar a Leonor. Era la consorte la que marcaba los horarios y las normas. Sin embargo, ahora la princesa ya es mayor de edad. Ahora es ella quien decide lo que hace o no. Y los escoltas solo responden ante la princesa y futura reina. Lo único que puede hacer Letizia es dar consejos y mirar desde la barrera, pero ya no puede exigir.
Salida de fiesta hasta altas horas de la madrugada
De hecho, la semana pasada Leonor estuvo en Madrid, aprovechando el puente, donde estuvo saliendo de fiesta con unos amigos. Concretamente, estuvieron en la discoteca Fitz, una de las más exclusivas de Madrid. El local suele ser frecuentado por celebrities como Laura Escanes, Juan Betancourt, Alejandra Onieva o Jon Kortajarena.
La princesa, como cuando acude algún VIP, entró con sus compañeros desde el interior de un hotel. Y pasaron la noche en una sala VIP junto a la cabina del DJ. Su presencia pasó desapercibida, pero algunas fuentes confirman que estuvieron hasta las 6 de la mañana. Una hora de vuelta que no gusta a la reina Letizia, pero ante lo que la consorte no puede hacer nada. Desde luego, con las informaciones surgidas en los últimos días sobre su presunta infidelidad a Felipe VI con Jaime del Burgo, Letizia ha tenido otras cosas en las que pensar.