Este verano está siendo más atípico que de costumbre en Marivent. Una vez más, los reyes y sus hijas se instalaron unas semanas en Palma de Mallorca para fomentar el turismo en la isla con tal de mantener el palacio. La semana pasado tuvo lugar la recepción con Felipe, Letizia y la reina Sofía, pero estos días está siendo muy difícil coincidir. Debido a los Juegos Olímpicos en París, los monarcas han decidido turnarse para apoyar a los deportistas españoles. Ambos asistieron a la inauguración, y posteriormente se quedaron unos días Leonor y Sofía. Letizia les dio el relevo la semana pasada, y este lunes ha sido Felipe VI quién se ha marchado a la capital francesa. El pasado domingo fueron a cenar toda la familia al completo al restaurante ‘Mía’, y volvieron a separarse el lunes por la mañana.
La familia no está pasando mucho tiempo con la reina Sofía. Leonor y Sofía están disfrutando de un verano diferente. La princesa ya es mayor de edad y a la infanta le faltan tan solo unos meses para ello. Por este motivo, sus padres les han dado mayor libertad. Este fin de semana, con la ausencia de Letizia, las jóvenes han aprovechado para salir con unos amigos del internado de Gales en el lujoso yate.
Para conseguir la mayor privacidad e intimidad, Leonor y Sofía usan el yate familiar. Todos los veranos la familia real alquila uno para moverse por las islas con más comodidad. Cuentan con el personal de servicio y sus escoltas. La princesa y la infanta han estado vigiladas en todo momento por el persona de seguridad, aunque está fiesta en alta mar les ha traído algo locos.
Los escoltas están hartos del comportamientode los amigos de Leonor
Los jóvenes han navegado hasta Cabrera, un lugar muy típico para Casa Real. Allí están alejados de curiosos y los focos indiscretos. Sus escoltas se encargan personalmente de que no se filtre absolutamente nada.
Estas amigas de la princesa y la infanta permanecerán en la isla unos días, aunque de momento no se les ha podido ver las caras. Se protege su identidad. Estuvieron todo el fin de semana en alta mar y el mismo sábado realizaron una fiesta por todo lo alto, con música y alcohol. Entre el estado del mar y alguna que otra copa mientras almorzaban a bordo, algunos llegaron a presentar vómitos debido al mareo provocado por todo en general.
Como sucedió con Felipe VI, los escoltas están hartos de ir detrás de “niños”. Leonor les pidió personalmente a sus escoltas que encubriesen a sus amigos para que les dejasen continuar navegando y saliendo de fiesta con ellos por Palma de Mallorca y a bordo del yate.