Siempre están, aunque nunca se ven... O no nos fijamos en ellos. Hablamos de los escoltas reales, unos miembros de seguridad destinados a velar por la seguridad y el orden en torno a los Borbones en los diferentes actos, viajes, recepciones, desfiles y besamanos que protagonizan Felipe y compañía. De entre estos escoltas destinados a cubrir las espaldas de los miembros de la familia real y al resto de familiares de los monarcas, hay unos que tendrían que cobrar doble. Y es que no está lo suficientemente pagado tener que seguir al tarambana de Froilán, o, como ellos mismos se quejaron, hacerle de niñeras. Hace tiempo, alguno de ellos hizo público en Voz Pópuli que "Es muy difícil ser un cubre-babies. Ningún escolta puede actuar como niñera pese a esa 'vigilancia' que se pueda hacer". Su comportamiento "dificulta el trabajo de los escoltas y provoca situaciones como las que él protagoniza".
Déjalos correr también a los que tienen que seguir a otro pocapena como Juan Carlos, especialmente cuando le tenían que cubrir y tapar las escapadas a camas ajenas. A priori, los escoltas de Felipe, Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía, están más tranquilos con quien tienen que servir y proteger. No suelen tener tantos problemas, con excepción de alguno de los que acompañan a Letizia cuando recibe las órdenes y el mal genio habituales de la reina. Estos días, después de los actos del 12-O, Felipe ha seguido con su agenda antes de los tres días de Bienvenido Mr. Marshall que le esperan a él y a su familia en Oviedo, cuando se entreguen los premios Princesa de Asturias donde su hija mayor será la protagonista. Uno de los actos que ha presidido el monarca ha sido la inauguración del décimo Foro Industrial, organizado por 'El Economista', bajo el lema: "Inteligencia Artificial, Autonomía Estratégica y Sostenibilidad: Megatendencias empresariales que cambiarán el mundo". Fue el lunes en el Four Seasons Hotel de Madrid.
Después de la intervención de Felipe delante del atril, los habituales corrillos que también se vieron, por ejemplo, en el besamanos de la recepción oficial en el Palacio Real después del desfile del 12 de octubre. Unos corrillos donde Felipe charla sobre diferentes cuestiones, también política o economía, con diferentes personas, empresarios, autoridades... y periodistas. Como explican en Monarquía Confidencial, en estos corrillos hay muchos compañeros de la prensa que en teoría, después tendrán que respetar el off the record de todo lo que escuchen allí en boca del monarca. Pero los escoltas de Felipe no las tienen todas y en el mencionado acto estaban más nerviosos de lo que es habitual en ellos, y visiblemente indignados. Explica el citado medio que "los escoltas dejaron patente su incomodad a que la prensa accediera a esa sala". La persona de comunicación de 'El Economista' permitió a los medios acceder a la sala, pero Casa Real "se mostró reticente", después de las quejas de los escoltas, "aunque al final no pusieron impedimento".
¿Por qué estaban más tensos que de costumbre los escoltas de Felipe en el acto del lunes?: "Todo fue por seguridad y por mantener la privacidad de los allí presentes"... Ya avisamos a los escoltas de que por mucho que estén nerviosos con posibles filtraciones, seguirá habiendo.