La desaparición repentina, sospechosa e inexplicada de Jaime del Burgo supone un oasis para Letizia. Cuidado con los oasis porque pueden ser visiones, aparentar una cosa y ser otra: que Del Burgo reaparezca en cualquier momento. El excuñado de los reyes tiene comportamientos bipolares. La reina respira más tranquila sabiendo que su examante ha cortado la única vía que tenía para comunicarse: las redes sociales. Ningún medio de comunicación le da cobertura y él mismo ha cancelado y vaciado de fotos y mensajes tanto twitter como Instagram. No queda rastro de ninguna de sus denuncias de adulterio, corrupción y vida íntima de los reyes. Queda solo el recuerdo, y la hemeroteca de EN Blau. España nunca podrá olvidar que Letizia tuvo una relación extramatrimonial con su cuñado a espaldas de Felipe. Algunos monárquicos argumentan que la relación Letizia-Del Burgo no era a espaldas del rey y que Felipe habría consentido un pacto de relación abierta con Letizia con una única condición: que nadie se entere. Es un pacto extraño para un ultracatólico como Felipe pero para sostener un matrimonio que se hunde nada mejor que permitir aventuras extraconyugales. Solo hay dos puntos débiles en un pacto secreto de Felipe y Letizia: que lo filtre el o la amante, como acaba de pasar, o que lo filtren los escoltas de Letizia. Y eso también sucedió.
La cronología de la historia de amor entre Letizia y Jaime del Burgo es compleja y pasa por muchas etapas. La confesó Del Burgo después de la decepción de leer el libro de Peñafiel y ver que no quedaba reflejado. Recordar que la boda rela fue en 2004: “1) Relación amorosa, de 2002 a 2004; 2) Amigos y confidentes, de 2004 a 2010; 3) Relación amorosa, duradera y continuada, 2010 y 2011; 4) Como cuñados, de 2012 a 2016". Fueron novios antes de la boda real, después fue amigo de los reyes durante los primeros seis años del matrimonio real, Letizia harta de Felipe se arrojó a los brazos de su exnovio durante dos años, cuando las niñas Leonor y Sofía tenían 5 y 3 años y finalmente Jaime se casó con Telma, según algunas versiones para seguir siendo amante de Letizia. Todo este tiempo Letizia no pudo esconder la infidelidad a Felipe porque los escoltas de la reina la seguían a todas partes. Por lo tanto Felipe supo que lo engañaban en tiempo real. Si alguien cree que Letizia puede escaparse de los guardaespaldas e ir sola por el mundo la respuesta es un rotundo NO. Lo acaba de confirmar la Guardia Real a ARCO.
En Informativos Telecinco han podido hablar con miembros del séquito de Letizia y Felipe en ARCO, la famosa Guardia Real, que no es otra cosa que Policía o Ejército que ingresan en este cuerpo de escoltas oficiales de los reyes y los acompañan en todas partes. "Separados a unos prudenciales metros de ambos reyes, esperaban cientos de curiosos que, ejerciendo de tertulianos, se encargaban de ir retransmitiendo su paso. El aspecto físico de Letizia era un constante entre los comentarios de muchos. Incluso así se lo hacían saber al personal de la Guardia Real, que mientras controlaban peligros contestaban preguntas como si son muchos (“No sé ni contarlos”), si les acompañan en cada acto (“Y cuando no tienen, también”) o si son majos (“La verdad es que sí, menos mal"). Son tres respuestas muy relevantes ya que los escoltas nunca hablan con la prensa: reconocen que los reyes son amables con ellos, normal tratándose de los guardianes de sus secretos más íntimos, que los guardaespaldas son muchos, incontables, cosa que facilita las filtraciones, y sobre todo que acompañan a Felipe y Letizia cuando tienen actos oficiales y cuando no tienen.
Si Letizia y Del Burgo viajaban a Francia o a Nueva York como amantes el año 2011, como ha demostrado Jaime del Burgo con fotografías, ella iba acompañada de sus fieles escoltas. Es imposible que el Ministerio del Interior o Zarzuela se arriesgaran a un incidente con Letizia sola en el extranjero sin seguridad. Por lo tanto la madre de Leonor, la futura reina, iba escoltada y los escoltas pasaban los informes a sus superiores, dónde iba, con quién iba o qué hacía. Cuándo la situación empezó a ser peligrosa e insostenible porque Letizia con 39 años y Del Burgo planificaban el divorcio real y tener un hijo juntos con una madre de alquiler, Felipe lo supo y Zarzuela hizo entender a Letizia que seguir aquella aventura sería "perjudicial" para ella. Dejó caer a Del Burgo, como ahora ha vuelto a pasar pero de manera más cruda. Y el matrimonio ha seguido. El pacto entre Felipe y Letizia es evidente: aguantar las apariencias. La única diferencia es que ahora, cuando la opinión pública ya lo sabe todo, Felipe no soporta quedar como un hombre engañado. Por eso la opción del divorcio sigue estando encima de la mesa. Sin la presión del desaparecido Jaime del Burgo, pero con el ego del rey muy malherido.