Letizia no puede consentir que Máxima de Holanda sea mejor que ella, ni Máxima ni nadie. No es muy afín a los viajes de Estado porque la comparativa es inevitable. Ella sabe que en España tiene prácticamente la imagen ganada, pero tiene que conquistarla en otros países. La mujer de Felipe es muy controladora, fría y calculadora. No da nada a la espontaneidad, lo que le resta algo de naturalidad, uno de sus mayores defectos. En el último año ha logrado meterse a la ciudadanía en el bolsillo con un ejercicio de Casa Real, sin embargo la campaña de desprestigio que se ha iniciado en su contra le ha salido muy cara, en los últimos meses se ha visto como una mujer adultera.
La relación entre Letizia y Máxima de Holanda es muy distante debido a la competitividad entre ellas. Tienen muchos parecidos razonables, por ejemplo las dos eran plebeyas, hablan la misma lengua y se casaron con el príncipe. Sin embargo, son igual de competitivas. La madre de Leonor y Sofía no está dispuesta a dejarse ganar. Ella tiene que ser la mejor reina, la más elegante, la que más destaque en todos los aspectos.
Por ello, ha reunido a todo sus equipo. No ha viajado sola a Ámsterdam, se ha reunido con siete personas de su equipo. Entre las que destacan Luz Valero, su peluquera, y Eva Fernández, su estilista. También se ha llevado a su asesor y mano derecha, así como su masajista personal. Ha pedido utilizar el gimnasio del palacio de real de Ámsterdam, donde se alojan.
Letizia reclama a todo su equipo a las seis de la mañana
Ya están más que acostumbrados a tratar con Letizia, algunas trabajan con ella desde hace dos décadas, pero saben que es una mujer muy exigente. Tienen que dar lo mejor de sí mismas, y en estos días tan importantes, la reina es la máxima prioridad, no pueden ni coger el teléfono. 24 horas dedicadas a ella. Se despiertan bien temprano para estar listas. Letizia las reclama a las 6 de la mañana en su habitación. Toca sesión de peluquería, maquillaje y estilo. Además de protocolo. Se hacen varias pruebas, la sesión dura más de dos horas. Perfectamente pueden hacerse las 10 de la mañana, cuando empieza el programa. La reina también aprovecha para hacer unos minutos de actividad física y arrancar el día con energía.
El personal de servicio del palacio real de Ámsterdam no habían visto nada igual hasta que Letizia ha pernoctado en el recinto. Ni tan siquiera ellos se levantan tan temprano.