Estefanía de Mónaco, conocida por su espíritu indomable y su vida llena de altibajos, está generando preocupación en el principado por su aparente abandono físico y reclusión social. A sus 59 años, la princesa, que una vez fue el alma rebelde de la familia Grimaldi, parece estar atravesando un período de declive, que ha levantado alarmas tanto en su círculo cercano como en la opinión pública. ¿Podría estar enfrentando problemas de salud mental, o es simplemente el peso de una vida marcada por la tragedia y la controversia?

En sus últimas apariciones públicas, Estefanía ha mostrado un aspecto que ha dejado atónitos a los observadores. Durante el tradicional Festival de Circo de Montecarlo, evento en el que siempre se ha destacado por su papel de presidenta de honor, la princesa apareció con una vestimenta sorprendentemente casual: un forro polar oversize con la palabra “staff”, vaqueros desgastados y un gorro de lana gris. Este atuendo, que distaba mucho de las elegantes elecciones del pasado, fue solo el comienzo de las especulaciones.

El comportamiento de Estefanía de Mónaco que alarma al Principado

Fuentes cercanas a la familia han informado que Estefanía se ha aislado casi por completo, prefiriendo la soledad de su hogar antes que la vida social que alguna vez abrazó. Su reclusión ha sido tan extrema que apenas se la ve en público, y cuando lo hace, su aspecto físico deja mucho que desear. Esto ha despertado la preocupación de sus hermanos y de los habitantes de Mónaco, quienes se preguntan si detrás de esta transformación hay algo más grave, como una enfermedad no revelada o un deterioro en su salud mental.

Una vida marcada por la tragedia y el escándalo

Ahora bien, no es un secreto que la vida de Estefanía ha estado llena de desafíos desde una edad temprana. La muerte de su madre, Grace Kelly, en un trágico accidente automovilístico en 1982, cuando Estefanía tenía solo 17 años, marcó el inicio de una serie de eventos desafortunados en su vida. Aunque intentó encontrar su lugar en el mundo royal, Estefanía nunca logró encajar completamente en el molde de la realeza.

A lo largo de los años, la princesa ha protagonizado varios escándalos amorosos y ha tomado decisiones controvertidas que la han mantenido en el ojo del huracán mediático. Su matrimonio con su guardaespaldas, Daniel Ducruet, terminó en un humillante escándalo de infidelidad que solo agravó su reputación de “princesa rebelde”. Posteriormente, tuvo otra relación con otro guardaespaldas y un matrimonio fallido con el acróbata Adans López Peres, demostrando que su vida personal siempre ha estado llena de turbulencias. En los últimos años, Estefanía ha tratado de enfocarse en causas filantrópicas y en el cuidado de su familia, particularmente de su nieta Victoria. A pesar de sus intentos de mantener una vida privada y alejada de los focos, su comportamiento errático ha hecho que muchos se cuestionen si está enfrentando problemas más profundos.

Recientemente, fue vista en la gala contra el SIDA en Montecarlo, un evento que conmemoró su 20 aniversario. Aunque su participación en esta noble causa fue aplaudida, su aspecto descuidado y los visibles signos de envejecimiento en su rostro no pasaron desapercibidos. Estefanía, quien siempre ha sido una figura de fuerza y resistencia, ahora muestra una vulnerabilidad que nunca antes había dejado ver.