Estefanía de Mónaco, la oveja negra de la realeza monegasca, ha dejado un rastro de corazones rotos y escándalos a lo largo de su tumultuosa vida amorosa. Desde sus apasionados encuentros adolescentes hasta sus matrimonios fallidos, la benjamina de Rainiero y Grace Kelly ha vivido al límite, desafiando las convenciones reales y dejando boquiabiertos a los paparazzi. En su juventud, Estefanía se ganó el apodo de "princesa rebelde" por su espíritu libre y sus relaciones tumultuosas.

A los 17 años, su romance secreto con el príncipe italiano Urbano Riario Sforza Barberini Colonna marcó el inicio de una serie de aventuras amorosas que captarían la atención del mundo. Sus escapadas nocturnas a la discoteca Jimmy'z y sus encuentros clandestinos en un apartamento parisino alimentaron los titulares de la prensa rosa. La exposición pública de su intimidad por parte de Urbano tras su ruptura fue solo el comienzo de una vida bajo el escrutinio mediático. Los romances de Estefanía no se limitaron a la nobleza. Figuras del mundo del espectáculo como Rob Lowe y Paul Belmondo también cayeron bajo su hechizo. Su relación con Paul, hijo del legendario actor Jean-Paul Belmondo, la catapultó a la fama como una de las mujeres más codiciadas de su época.

Revuelo en el Palacio Grimaldi: escándalos y romances atípicos en la vida de Estefanía

Sin embargo, la vida de Estefanía dio un giro inesperado cuando se casó con su guardaespaldas, Daniel Ducruet, en 1986. Esta unión, que produjo tres hijos, parecía marcar el inicio de una nueva etapa más estable. Sin embargo, el matrimonio terminó en escándalo cuando Ducruet fue sorprendido en una aventura extramatrimonial con una stripper. Lejos de rendirse, Estefanía volvió a apostar por el amor. Su relación con Jean Raymond Gottlieb, aunque breve, le dio a su hija Camille en 1998.

Pero fue quizás su fascinación por el mundo del circo lo que llevó a uno de sus romances más inusuales: su romance con Franco Knie, director del Circo Nacional Suizo, a principios de los 2000. ¡Imagínense el shock en el palacio cuando Estefanía decidió mudarse a una caravana de circo con sus tres hijos! Aunque regresó al palacio en 2002 y prometió seguir una vida más acorde con su linaje, su fascinación por el circo persistió, esta vez en forma de un amante trapecista portugués llamado Adans Lopez Peres, quien también trabajaba para Franco Knie. Se casaron en 2003, pero el matrimonio no duró más allá del año.

Una nueva etapa: compromiso con causas benéficas y vida personal discreta

En la actualidad, resulta difícil asociar a la princesa Estefanía con los titulares de la prensa del corazón. En lugar de eso, ha dedicado su tiempo a obras benéficas y a la protección de elefantes a través de su fundación Baby & Nepalsu. Aunque ha hablado abiertamente sobre su vida amorosa en el pasado, actualmente no parece tener compromisos románticos ni ha mencionado tener un nuevo novio. Así, la princesa rebelde de Mónaco ha pasado de ser objeto de deseo a estar completamente sola a sus 59 años.