Año 2001. 25 de agosto. Boda de Haakon de Noruega y Mette-Marit. Entre los asistentes, un joven príncipe Felipe, feliz y enamorado de una chica del país, Eva Sannum. Ella, como no tenía sangre azul ni pertenecía a ningún miembro la realeza, se sentaba alejada del actual rey. Pero los fotógrafos pudieron inmortalizar una imagen que pasará a la historia de la monarquía, la de ella sonriente con su vestido de seda azul y "escote de infarto" como definieron las revistas del corazón de hace 17 años.
Felipe y Sannum ya habían esquiado juntos o ido a cenar, pero el baile de la boda de los herederos noruegos fue el primer acontecimiento oficial donde se les vio juntos. Una imagen que dio la vuelta al mundo y que muchos consideraron el paso previo para un anuncio de boda real. Pero nada más lejos de la realidad.
Aquella imagen, aquel vestido, y aquel escote, supusieron el principio del fin
La prensa noruega consideró que la pieza diseñada por Nora Farah era digna de una futura reina. Pero en la España de aquella época, se consideró inapropiada. La monarquía todavía tenía credibilidad y todavía no se había abierto del todo el baúl de los escándalos. A Juan Carlos todavía le funcionaba la doble moral, a pesar de tener amantes por todas partes, y, sólo 4 meses después de la foto, consiguió presionar a su hijo para que lo dejara estar con Sannum, aunque ni era la voluntad ni de Felipe ni de la reina Sofía.
El puritanismo y la presión social hizo que se rompiera la relación entre el español y la noruega. Quién sabe que hubiera pasado si Felipe hubiera continuado con ella y no se hubiera casado con Letizia. Quizás la situación en la monarquía hubiera sido la misma, cayendo por su propio peso como una institución anacrónica que no tiene ningún tipo de justificación. Ahora vemos a la actual reina, sin ir más lejos, en Palma, luciendo un look que muchos han criticado por inapropiado y excesivamente sexi.
Pero de ella no ha dicho nada, ni se atreve a decirlo, el rey Juan Carlos, que ya tiene bastantes problemas. Eva Sannum, lejos de los Borbones, siguió con su vida, se enamoró y tuvo dos hijos en Noruega, dónde trabaja como directora creativa de una agencia de comunicación. Hacía tiempo que nada se sabía de ella ni se la había visto en ningún acto público. Hasta ahora, cuando ha asistido al funeral por el diplomático Thorvald Stoltenberg, que ha muerto a los 87 años.
El exministro de Defensa noruego tenía muy buena relación con la familia de Sannum y con ella misma, y de hecho, también fue al enlace donde la modelo lució el escote que tanto indignó a la Corona española.