Los Letilievers están felices con la reina que les ha tocado. Imaginar que hoy por hoy podría haber en España una reina diferente a Letizia es un ejercicio difícil de asumir. Demasiado tiempo disfrutando de los despropósitos de la monarca, los malos humores con su familia, el control que deja aflorar a la misma velocidad como estrena un nuevo modelito. Pero hubo un tiempo donde Felipe estuvo a punto de casarse no con una asturiana, sino con una noruega.
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Eva Sannum, la altísima rubia que dejó a todo el mundo boquiabierto en agosto del 2001 cuando apareció de azul al lado del entonces príncipe Felipe en la boda de Haakon y Mette-Marit. Pero la pareja del ahora rey desapareció a la misma velocidad como llegó a las revistas del corazón. Un visto y no visto. Un espejismo en la vida de Zarzuela que fue lapidada por la propia familia real y por la prensa más azul del momento. El mismo decano Jaime Peñafiel lamenta haber participado de este akelarre: "la campaña de acoso y desprestigio contra la jóven nórdica, todos nos cebamos con Eva, yo el primero". Una Sannum que hoy hubiera sido reina de España si no hubiera sido por el atentado de las torres gemelas, según el periodista. El anuncio de boda era inminente, pero aquello enfrió cualquier anuncio frívolo en la monarquía. No pudo ser, y después el amor, o lo que hubiera allí, se acabó.
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Posiblemente la modelo y ahora empresaria noruega ha sido de las novias del rey más vilipendiadas por los acólitos de la realeza española. Cuando empezó a salir con Felipe la escondían como si tuviera la peste. Y cuando lo dejaron estar, tuvieron la barra de pedirle "que fuera ella y solo ella quien comunicara a la prensa que sus relaciones sentimentales con don Felipe habían terminado". Lo explica Jaime Peñafiel en el libro Anécdotas de oro. Casa Real quería dejarla sola a los pies de los caballos. Y ella demostró tener más dignidad que los Borbones: "Me negué en redondo. ¿Cómo se me podía pedir tal cosa cuando siempre se habían negado a reconocer, pública y oficialmente, que el príncipe mantenía relaciones conmigo? Cuando incluso nunca se me había defendido de los ataques de la prensa".
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Vais apañados, pensó Sannum. Si Casa Real quiere hacer el paripé, que lo hagan ellos: "Fui tozuda. Me mantuve firme y me aparté del camino. Desde entonces, me han ofrecido mucho dinero, pero no estoy dispuesta a desvelar nada. Me cuido de no abrir la boca". Zarzuela tiene suerte que queden personas como Sannum. Mujeres con una entereza que ellos no tienen y que demuestran tener los escrúpulos que ellos abandonaron hace tiempo. Gracias a eso la monarquía no queda más en evidencia de lo que habitualmente lo hace. Ahora bien, si algún día la noruega cambia de opinión y escribe todo lo que vivió en España, tiene unos lectores asegurados en En Blau.