Felipe VI y Juan Carlos I han intentado mantener una considerable distancia entre ellos. El exmonarca puso en riesgo la estabilidad de la corona, y su hijo, para salvarla, lo apartó de la vida pública. La imagen de su padre no era favorable en esos momentos críticos. Durante este tiempo, no han coincidido públicamente, excepto en el funeral de Isabel II y en el de Constantino de Grecia, aunque en este último ni siquiera se sentaron juntos. Sin embargo, se filtró una fotografía en la que se veía cómo el actual rey se acercaba a su padre para darle un beso. Se volvieron a ver públicamente en la misa funeral a Constantino en Reino Unido, donde volvieron a compartir unas palabras y salieron de la capilla cogidos del brazo. 

Felipe Juan Carlos GTRES

En el ámbito privado, Juan Carlos y Felipe han mantenido el contacto de forma diaria. Felipe VI se ha preocupado por la salud de su padre, asegurándose de que no le falte nada y lamentando tenerlo tan lejos. A día de hoy, sin ningún cargo pendiente, el emérito no tiene impedimentos legales para regresar a España. No obstante, el esposo de Letizia prefiere actuar con prudencia y no desea que su padre se instale en el país por el momento. Esta situación podría cambiar si hubiera un cambio de gobierno.

A pesar de sus aparentes diferencias, Juan Carlos I y Felipe VI comparten varios gustos. Aunque al actual rey no le interesa la caza ni ha tenido la reputación de mujeriego de su padre, ambos disfrutan del buen vino y de las comidas elaboradas en compañía de amigos.

El sótano de Zarzuela esconde millones de euros en arena de playa  

El Palacio de la Zarzuela esconde grandes secretos. Hay habitaciones prohibidas con historias oscuras y numerosas anécdotas, pero también algunas compartidas entre Felipe y Juan Carlos, como la bodega del palacio. En el sótano del edificio, a temperatura controlada y con una capa de arena del océano Índico, se almacenan 10,000 botellas de vino. Esta es una colección importante que incluye los mejores vinos de España y algunos del extranjero, la mayoría regalos recibidos por Juan Carlos y Felipe durante sus reinados. Poco se sabe sobre estas botellas ya que, según Transparencia, su existencia pertenece "al ámbito estrictamente privado" de la familia. Se desconoce su estado de conservación y su valor exacto.

Zarzuela

La existencia de esta misteriosa bodega fue revelada por David Rocasolano, primo de la reina Letizia, en su libro 'Adiós, princesa'. Rocasolano describe cómo, tras recorrer varias habitaciones y despachos, bajaron a los sótanos y Letizia abrió un gran portalón. Esperaba encontrar la biblioteca, pero en su lugar descubrió una inmensa vinoteca privada. Caminando por el laberinto de estanterías, pisando arena de playa y apreciando el aroma de roble, contemplaron el impresionante espectáculo del vino. Según Rocasolano, Felipe explicó que la arena provenía expresamente de una playa del Índico, ya que tenía las condiciones perfectas para mantener la humedad.

En 2013, se propuso catalogar las tres bodegas donde el emérito guardaba sus vinos, dos en Zarzuela y una en el Palacio de Oriente. Se inventariaron un total de 10,000 botellas. Se evaluó la posibilidad de subastar esta colección como un gesto de buena voluntad, en respuesta al escándalo de la caza en Botsuana protagonizado por Juan Carlos I.