La reina Sofía ha quedado relegada a un segundo discreto plano. Mientras que Juan Carlos ya no forma parte de Casa Real, la emérita es la única que se mantiene en los presupuestos Generales del Estado y aún cumple con algunas funciones. La parte religiosa o algunos viajes internacionales recaen en ella. Felipe y Letizia la mandan a algún acto cuando les es completamente imposible compatibilizarlo con otros.
La imagen ejemplar de la reina ha calado en la ciudadanía, la mayoría de españoles guardan un buen recuerdo de ella, aunque su imagen se vio enturbiada por las fechorías de Juan Carlos I. A nivel internacional fue vista como la ‘reina cornuda’ y humillada. Siempre apartada y sola, apoyada en su hermana Irene de Grecia. El emérito dejó que su hermana viviese con ella porque se sentía culpable por todas las infidelidades.
Tal vez por ello cambió su carácter. La reina Sofía cumplió sus funciones como se esperaba de ella. Se tomó muy en serio sus casi cuarenta años de reinado. Fue responsable al 50% de transmitir valores y enseñanzas al actual rey Felipe VI. Su papel de reina la ha convertido en una persona muy exigente consigo misma, pero también con los demás. Demandaba el mismo compromiso. La madre de Cristina, Elena y Felipe era una de las reinas más queridas y una de las mejor valoradas. No solo por su sentido de la responsabilidad, sino por rodearse siempre de personas de su total confianza capaces de soportar la presión de su trato implacable, tal y como detalló Pilar Eyre.
La reina Sofía es una persona muy exigente
La reina Sofía siempre tiene una sonrisa para todos. Sin embargo, en las distancias cortas es bien diferente. Tiene algunos parecidos con Letizia. Le gusta que todo salga perfecto y que esté tal y como ella ha planeado.
Es una persona estricta con las normas. No da su brazo a torcer y es de costumbres y tradiciones. Por ello mantiene el mismo peinado desde su adolescencia. "La reina no se deja aconsejar y nunca protesta. Pero es inflexible con el servicio, si ve que una prenda no está bien planchada, no dice nada, se limita a tirarla al suelo”, revela la periodista.
La define como una mujer de fuerte carácter y ‘muy reina’. “Si le dabas un tirón sin querer, no te decía nada, pero la mirada… buf, la mirada…”. Un recuerdo que aún le producía "un estremecimiento" al contarlo.
Siempre que va de viaje pide que se limpie toda la planta en la que se ubicará su habitación. Además del interior de la misma. Máxima exigencia con el baño, ya que es una persona muy escrupulosa.