Alguien diría que Felipe y Letizia han pasado carros y carretas los últimos tiempos para tratar de salvar su matrimonio, y, sobre todo, la monarquía española. Otros consideran que lo que han hecho es esconder la basura bajo la alfombra, como se suele hacer en palacio, ponerse de perfil, esconder la cabeza bajo tierra, como los avestruces, y hacer bueno aquello de ojos que no ven, corazón que no siente. El caso es que después del escándalo destapado por Jaime del Burgo, los monarcas hacen como si nada, ni una palabra, y patadón arriba, como si fuera una defensa sacando agua de la barca ante los ataques constantes de la delantera rival. La opacidad es la mejor manera de subsistir que tienen los Borbones para seguir chupando del bote. Es su especialidad. Y en la crisis de pareja de Felipe y Letizia han optado por la misma estrategia.
Que la pareja no está viviendo los mejores momentos de su relación sentimental, es un hecho. Que partirán peras, ya se verá. Difícilmente veremos un divorcio en la Casa Real. De hecho, los últimos tiempos parecen empeñados en hacer ver que son una pareja ejemplar y que se aman con locura... A otro con estas historias. Pero hay muchos ciudadanos que se lo tragan. Todo sea por la unidad de España y bla, bla, bla. Hace veinte años que Letizia está en nuestras vidas y en las vidas de los Borbones. Veinte años de aquella promesa que presentó en sociedad el príncipe Felipe. Y ahora disimulan y pretenden hacer ver que están en un segundo amor en su relación. Una estrategia indisimulada después de la tormenta creada por el examante navarro de la reina.
A las puertas de su aniversario de bodas, una experta en terapia de parejas, colaboradora televisiva y psicóloga ha revelado en la revista Lecturas en qué punto se encuentran los tortolitos. Lara Ferreiro, autora del libro 'Adicta a un gilipollas', y no lo decimos por nadie, ha analizado en qué punto de su relación se encuentran los monarcas. Y expresa que es necesario tener en cuenta un concepto, las 'pantallas del amor'. La primera, la efervescencia, que dura unos dos años y que Felipe y Letizia han olvidado hace tiempo, "donde la hormona de fidelidad está súper alta; por eso cuando alguien está enamorado, de verdad, es imposible ser infiel. La testosterona y la hormona del deseo sexual están altísimas"... Vaya, que hacía caiditas de Roma por toda la Zarzuela.
Después, la pantalla de la "zona de tranquilidad, en la que segregamos endorfinas y nos sentimos felices sin esa explosión de deseo". Después, la crisis de los cinco años, coincidiendo con nacimiento de hijos, "aquí es complicado, muchas parejas se divorcian o pasan a relación abierta. De hecho, se dice que los Reyes tuvieron muchísimas crisis". Una vez superada, la pantalla cuatro, "amor profundo", donde estarían ellos. "Se han perdonado todo", y encararían la pantalla cinco, "en la que envejecen juntos y es la despedida final". La experta apunta que han pasado "por huracanes y crisis muy profundas pero las han podido superar", incluso, la fase del "nido vacío", cuando los hijos se largan de casa, como la hija mayor a la academia militar y la pequeña en el internado de Gales.
Acostumbra a "desembocar en una especie de crisis de pareja tras haber pasado ese duelo de las hijas, en el que hay que hacer una nueva negociación y una adaptación a una nueva vida". Y atención porque la experta pone una fecha marcada en rojo: "Este síndrome dura unos 9 meses y hasta un año". Por lo tanto, el próximo mes de septiembre tendría que ser el momento definitivo para disolver del todo posibles fantasmas: "Pasado esto muchas pareja se divorcian porque piensan 'ya no tenemos nada en común', como que esa misión de padres ha acabado". Esta sería, pues, la fecha que tendrían que superar para hacer frente a la estadística: "El Instituto Nacional de Estadística afirma que siete de cada diez matrimonios se separan en esta etapa. No obstante, en la comunicación no verbal ellos e miran, se tocan... Creo que lo han pasado muy mal pero estarían en una base de mucha más profundidad"... Veremos.