Letizia y Felipe vivieron tensos enfrentamientos en la época en que Juan Carlos se puso en el centro de la polémica por sus tramas con el dinero y con las mujeres. La reina se casó con el entonces príncipe por convertirse en algún día en monarca, su intención era ser la mujer más poderosa de España, pero cuando el emérito empezó a dar problemas vio peligrar ese reinado y pensó que encima debería exiliarse.
Felipe VI y Letizia querían desvincularse totalmente de Juan Carlos I y la reina Sofía desde que se casaron. Pidieron trabajar con otro equipo independiente y tener una casa solo para los entonces príncipes. Estaban dispuestos en hacer una monarquía más moderna y cercana al pueblo. Por ello empezaron los primeros roces entre los reyes y los futuros monarcas. Los eméritos echaron la culpa a Letizia de cambiar la opinión de su hijo.
"Se quejaban mucho de la burocracia de la Casa. Ella quería organizar a los medios de comunicación y tenía la costumbre de hablar con sus amigos periodistas", afirma este trabajador anónimo.
Cuando les llegó la noticia de que Juan Carlos I estaba enamorado de Corinna Larsen y pretendía divorciarse de la reina Sofía para casarse con ella vieron peligrar su futuro reinado. "Tenían siempre la angustia de que se les estuviera complicando el acceso al trono", dice el trabajador de Zarzuela. "El Rey y Corinna les estaban poniendo palos en las ruedas. Decían: 'No llegaremos, mi padre nos va a dejar sin reinar'. Esa ansiedad les provocaba estar muy tensos en las relaciones con todos. Preguntaban siempre lo que había dicho uno u otro, tenían miedo de lo que se pudiera saber”.
Existía rivalidad entre la reina Sofía y Letizia
La reina Sofía empezó a tener celos de Letizia, se llevaban mal por la competencia, las dos querían destacar y ser consideradas las mejores reinas. "Recuerdo que la reina Sofía decía: 'He ido a la ópera y no me han sacado. ¿Qué tengo que hacer para salir más?'. Le decíamos que no se preocupara, que tenía los mejores datos de aceptación de la gente. Pero ella veía cómo Letizia le hacía sombra".
Felipe VI y Letizia vieron todo lo que no debían hacer cuando heredaron el trono, no podían cometer los errores de Juan Carlos I y la reina Sofía, especialmente del primero.
La reina Sofía tenía miedo de que se la echase de palacio y se le retirasen las funciones institucionales como al resto, pero lograron salvar su intachable imagen debido al cariño de la ciudadanía. Ahora se mantiene como emérita con funciones.