Uno de los secretos mejor guardados de la monarquía es el peso y la medida de sus cuatro integrantes principales, Felipe, Letizia y las hijas. Es muy poco habitual que los cuatro salgan en una fotografía escalonados de mayor a pequeño. Lo más normal es que Felipe y Leonor estén de lado y la infanta Sofía aparezca aislada, por protocolo y para evitar que parezca más alta de lo que ya es. Pero una célebre cuenta de Instagram europeo especializado en monarquías aprovecha una foto rara, en Asturias, con Felipe, Sofía, Leonor y Letizia ordenados de más alto en más pequeña, lo que evidencia que la hermana mayor es la pequeña en altura:
Según este cálculo Felipe mide 1,97, Sofía 1,85, Leonor 1,75 y Letizia 1,70. Lo más sorprendente es como la infanta Sofía, menor de edad, con margen de crecimiento, ya hace 1'85. Es extraordinariamente alta. Sofía mira literalmente por encima del hombro a la hermana mayor, le pasa una cabeza a pesar de ser un año y medio más joven. Por eso Letizia solo permite que la princesa y no la infanta lleve zapato de tacón. Queda claro que Sofía es más borbón, ha salido al padre. Pero la información más buscada, la de las chicas, ya es oficial, la princesa es diez centímetros más bajita que la infanta. Sofía es Alteza Real. Y menos rígida.
La que muestra personalidad es Sofía. Más desenvuelta, más libre, menos controlada, más deportista, se apunta a fútbol femenino, cosa que ya demuestra huir de los clichés. Sus primas Irene y Victoria Federica son clásicas, adoran la moda y ser Instagramers. Leonor será reina y Sofía podría ser el que le dé la gana pero Zarzuela ya ha avista que no podrá tener una profesión, que tendrá que representar la Corona como oficio, cobrando un salario público. Nada de La Caixa ni Mapfre como sus tías Por eso y por su físico, contundente, mucho más alta y corpulenta que Leonor, podría llegar a ser un complejo para la pequeña de la casa.
Si la monarquía es imagen, los Borbones han cumplido con una fotogenia más que se digna, excepto los Borbón Marichalar. Juan Carlos tenía buena planta y solo Elena es una chapuza. Jaime de Marichalar era caspa del s. XIX y los dos hijos no van a ningún sitio. En cambio, Cristina mejoró la genética con un deportista de élite: los cuatro hijos Urdangarin parecen un anuncio de seguros. Felipe es alto y de ojos claros, y sus niñas son fotogénicas, altas como él. Pero ojo: la mayor es la pequeña.