Isabel II murió el pasado mes de septiembre entre una tristeza brutal de todos los habitantes del Reino Unido y de la Comonwealth. La soberana perdió el trono tras 70 años en él: Dios se la llevó al cielo, donde ahora reside esperando a reencontrarse con su familia de aquí a muchos años. Ahora ya está con Felipe de Edimburgo y con su madre, la reina Isabel, y vigila desde las nubes a Harry, Meghan, Guillermo, Kate... Y por supuesto a la ex reina consorte, Camilla Parker-Bowles, y al nuevo rey Carlos III de Inglaterra. Y sí, no nos dejamos a sus perritos... También los tiene controlados.
Se sabe de antaño que Isabel II era una fanática de los perros. Incluso cuando su mayordomo Paul Burrell la conoció, la primera imagen que tuvo de ella al saludarla eran sus ocho perritos, que pronto los sacaría a pasear por los jardines reales día sí, día también. De hecho, Burrell les dio una salchicha extra a los canes y estos se vinieron arriba: cuando volvió al despacho de Isabel a devolvérselos, esta lo elogió: "Te voy a fichar definitivamente". Una historia que, más allá de ver qué buen guardaespaldas era Burrell, ilustra el amor que sentía Queen Elizabeth por sus mascotas.
Un amor que ahora lo confirma Sarah Ferguson. Ferguson es la ex mujer del príncipe Andrew, uno de los hijos de Isabel II. La ex nuera de la soberana vive con el duque de York y ahora lo harán en Frogmore Cottage, la antigua casa de campo en la que residían Harry y Meghan Markle hasta que fueron desalojados por Carlos de Inglaterra a raíz del escándalo de 'Spare' y 'Harry & Meghan'. Ferguson ha hablado claro y ha dejado entrever que Isabel II sigue muy presente en su vida, en la del resto de miembros de la Familia Real y en la de sus corgis. "Cuando los corgis de Isabel II ladran a la nada, significa que ella está pasando por aquí", explica en una entrevista a la revista People.
Un regalo personal
De hecho, estos corgis que acompañaron en su última etapa a Isabel II (incluso estaban en su misma cama en el momento en el que la monarca falleció) eran un presente de los York. El príncipe Andrés y sus dos hijas, Eugenia y Beatriz, le entregaron estos perritos tan monos a la reina de Inglaterra. Muick y Sandy, estos son los dos nombres de los cachorros, siguen siendo muy activos y se han convertido en un icono nacional del Reino Unido. Ferguson piensa mucho en Isabel II y la relación que tenía ella con estos animalitos tan adorables: "Le alegraría saber que siguen paseando donde solían hacerlo con ella". Seguro que, desde el cielo, la soberana los observa y disfruta viéndolos trotar por el campo.