Federico X y Mary de Dinamarca ya descansan en el castillo de Fredensborg, donde han fijado su residencia de verano, tras la visita de estado a la vecina Suecia. Decimos descansar porque estos monarcas, todavía en prácticas después de ascender al trono de manera turbia el pasado 14 de enero, son flojitos. Vagos. De los que necesitan más días de vacaciones que de currar, vaya. Y por lo tanto, dos jornadas de idas y venidas, de visitas, cenas de gala y papelones en barcos reales, los habrán dejado sin fuerzas. Que descansen, sí. Aunque quizás no acaben de relajarse: es lo que pasa cuando tienes remordimientos y la conciencia nada limpia.
El matrimonio real, marcado a fuego por la infidelidad, el engaño y el pacto por intereses diversos, no duerme bien como mínimo desde noviembre de 2023, cuando se publicaron las fotos del entonces príncipe en plena cita romántica con Genoveva Casanova. Pero hay otra preocupación cada vez más intensa, y es la salida del cascarón del heredero, Christian. Desde que cumpló 18 años, el chico se está especializando a armar numeritos. Primero de baja intensidad, como eso de que lo pillaran consumiendo tabaco en una fiesta con amigos en Verbier, Suiza. Un tema menor, como ha pasado en España con Leonor. Sin embargo, lo ocurrido estos días es más grave: ha sido cazado conduciendo sin abrocharse el cinturón de seguridad. Una falta, una ilegalidad y una temeridad, sí. Pero lo que está haciendo subirse por las paredes al personal es la manera de tratar el tema por parte de la Casa Real.
Explicábamos hace unos días que la respuesta oficial fue el silencio. Ni una palabra en público, porque preferían vender el cuento de hadas de la visita a Estocolmo (que por cierto, empieza a deshacerse como un azucarillo en un vaso de agua). Pero gracias al diario danés BT, ahora sabemos que sí que hubo movimientos en palacio para tapar el escándalo del joven royal. Y de la peor clase: la amenaza, la censura y la argumentación inverosímil. Federico X y Mary levantaron el teléfono para ordenar exigir al medio que publicó la secuencia, el Billed Bladet, que retirara el material. Lo consideraban "ilegal", al haber sido obtenido en un espacio privado, los terrenos del castillo de Amalienborg, en Copenhague. "Es la esfera privada", remarcaban. El diario accedió a la coacción, aunque expertos en Derecho consideran la excusa pueril, absurda y falta de toda base jurídica. Un nuevo escándalo, vaya.
Sten Schaumburg-Müller, profesor y doctor en Derecho en la Universidad del Sur de Dinamarca, no cree que haya nada ilegal en las imágenes. Es tajante: "La imagen no es ilegal, ya que el coche y, por lo tanto, el príncipe heredero, se encuentran en un lugar de libre acceso". No hay que decir que está permitido retratar a cualquier persona en sitios públicos, sean parques, calles o la calzada. "No hay nada privado en la conducción", insiste. Parece que Billed Bladet no ha querido problemas con la Casa Real, porque era una batalla que los royals tenían perdida. La mancha sobre Christian, sin embargo, no solo no se va con esta política: todo lo contrario. Christian ya es, oficialmente, costra. Y con solo 18 años. Empieza pronto.