Federico X de Dinamarca está sudando y de lo lindo este 20 de mayo de 2024. En principio, ningún escándalo a la vista, ningún rumor o información que vuelva a poner en duda la credibilidad, real o matrimonial, del amigo especial y casado de Genoveva Casanova. No, el motivo es otro, y mucho más saludable. Una afición deportiva, compartida con la presunta amante mexicana, pero que en una jornada como esta es el gran evento nacional del país: la Royal Run. 5 ciudades celebran carreras de 1,6, 5 y 10 kilómetros, con un total de 95.000 inscritos. Los royals, con el flamante rey encabezando la representación de palacio, siempre se implican en la iniciativa. Federico X ya ha empezado la primera de las tres pruebas en las que toma parte, la más corta, en la localidad de Fredericia. No coincidirá con su mujer, Mary Donaldson, que correrá después de comer en Kalundborg, bien lejos de su marido. Extraño, ¿verdad?
La aparición del rey entre la multitud de atletas, tras llegar en barco de la visita de estado a Oslo, nos ha permitido observar un detalle curioso en su indumentaria. Federico siempre esconde cosas, de la más sonrojante a otras más triviales, pero que hay que mantener ocultas porque su condición de royal obliga. Y mucho más hoy en día, coronado como soberano de la corona más antigua de Europa, se ha dado cuenta de que no puede ir mostrando según qué intimidades. Ya montó un buen alboroto cuando, durante su proclamación solemne en el palacio de Amalienborg, lucía una pulserita bajo el uniforme de gala. Se veía cuándo levantaba los brazos para saludar a los súbditos, entre llantos y la mirada de una Mary que ajustaría cuentas con la escena del beso. Aquella anilla recordaba a Genoveva. Qué narices, es la misma que ella lució en muchas ocasiones. Cazado.
Sin embargo, no se trata de cuestiones sentimentales el detalle que Federico X ha tapado estratégicamente durante esta jornada deportiva. Sencillamente, hablamos de un tema de corrección, de imagen, de solemnidad. Un rey con tatuajes es un rey raro. Lleva dos, uno pequeño con la inscripción "pingu" en un brazo, su mote, y otro mucho mayor en la pierna derecha: un tiburón situado en el gemelo. Para impedir que quede a la vista, lleva calcetines compresores que le llegan a la rodilla, estiradísimos. ¿Qué significado tiene esta bestia marina? Recuerdos de juventud.
Los dos tatuajes remiten a lo mismo, en la época del entonces príncipe en el cuerpo de buzos de la Marina Real, los conocidos como Frogmen. Leemos en el diario Billed-Bladet que se trata de una unidad de élite dedicada al asalto de embarcaciones y operaciones antiterroristas. Allí pasó un tiempo de su formación, confraternizando con sus miembros de manera especial. Las vivencias de aquella etapa lo llevaron a la camilla, la aguja y la tinta, esculpiendo el símbolo del regimiento en su piel. Ahora, sin embargo, ya no tiene edad y ni rango para ir por el mundo enseñando tatus. Es hora de madurar. Debe ser eso.