La fría Dinamarca tiene también sus incendios: las peripecias de la Familia Real, por ejemplo, a menudo tórridas y volcánicas. El conflicto es el pan nuestro de cada día en Copenhague, y por eso estamos donde estamos. Este domingo 14 de enero el país tiene cita con su Historia: casi mil años después, un monarca abdica y cede el testigo al siguiente de la lista. La reina Margarita, de 83 años, anunciaba el 31 de diciembre que lo dejaba. Hacía tiempo que lo pensaba, pero nunca era el momento adecuado. Si ha tomado ahora la decisión no ha sido por idoneidad; más bien era una solución de emergencia, taponando una vía de agua colosal en la embarcación de los Glücksburg. Los líos amorosos y extramatrimoniales del heredero Federico, recurrentes y escandalosos, amenazaban la supervivencia del matrimonio con Mary Donaldson. Ponerlos al frente de la institución sirve para calmar la furia comprensible de la australiana, con las maletas más que preparadas para largarse. Ha parado el golpe, pero pagando un precio importante. Los libros de Historia los recordarán por este final. Por Genoveva Casanova, por escorts, para mentiras y secretos.

No somos ilusos ni mucho menos, y sabemos que estas tribulaciones son minucias cuando lo que está en juego es algo tan goloso como un reino. Federico, coetáneo y amigo de Felipe VI, solo ha tenido este objetivo principal en su vida. Ser rey. Y ya lo tiene en las manos. Las cicatrices, los porrazos y todas las miserias quedarán amortiguadas durante una temporada, quizás toda la vida. Los ejemplos de sus homólogos no dejan ningún tipo de dudas: mira a Carlos III con Lady Di y Camila. Mira a Sofía con Juan Carlos. O Letizia con Jaime del Burgo. En todas partes cuecen habas. Le preocupa mucho más no poder contar con amigos que ya no están, que las dificultades a la que se enfrenta por su conducta reprobable. Ahora bien, que el clima interno es una bomba de relojería y que acabará petando tarde o temprano, eso no se puede discutir. De hecho, las costuras empiezan a saltar, horas antes que Federico añada una X a su tarjeta de visita. En su caso, esta letra tiene una interpretación malévola: está marcado.

Lecturas Federico Dinamarca Genoveva Casanova
Federico de Dinamarca y Genoveva Casanova / Lecturas

Marcado por infiel, pero también por una enemistad familiar que ha llegado a provocar la salida del país de su hermano y su mujer: los príncipes Joaquín y Marie de Dinamarca se trasladaron a los EE.UU. tras una crisis imponente en la Casa Real. Margarita retiró los honores a los hijos de Joaquín, los dos de su primera mujer y los dos de la segunda, marcando una línea clara sobre quién formaría parte del núcleo duro de la corona. El hermano del futuro rey había protagonizado un gran escándalo con su divorcio, y los platos rotos los pagó su cuñada Mary, teniendo que firmar unas capitulaciones matrimoniales severas y leoninas. El comportamiento de Joaquín fue censurado por su hermano, pero he aquí que a Federico lo han cazado en situaciones igualmente comprometidas y denigrantes. Se equilibraba la balanza, pero el cordón sigue manteniéndolos fuera. La francesa Marie, indignada, no quiere tener relación con el futuro monarca ni con Donaldson. Y lo deja caer cuando tiene ocasión. Con indirectas... y gestos explícitos.

Joaquín y Marie Dinamarca GTRES
Joaquín y Marie de Dinamarca / GTRES

Por ejemplo, haber rechazado la invitación para asistir a una coronación en pequeño comité, sin aspavientos ni presencia de casas reales extranjeras. No están las cosas para sacar pecho. Leemos en '¡Hola'! que Marie se ha marcado un Meghan Markel: no asistirá al gran cónclave y ceremonia protocolaria, dejando a su marido como único representante del matrimonio. La francesa se quedará en Washington con sus hijos. Lo ha filtrado la portavoz oficial de los royals daneses: "El príncipe Joaquín estará, pero los niños tienen que ir a la escuela, no hay ninguna motivación especial". La presencia del hermano será testimonial, sin función específica ni honorífica. A título familiar, y punto. El lunes, después de pasar por el Parlamento, corriendo en el aeropuerto y de vuelta a Norteamérica, a continuar con su vida. Si pudiera se lo ahorraría, seguro. Federico les molesta. Como a muchos daneses, por cierto.

Federico Mary coche oficial GTRES
Federico y Mary de Dinamarca / GTRES