Federico X y Mary de Dinamarca, acompañados por sus hijos pequeños Vicente y Josefina, han puesto punto final a la visita oficial de 8 días que han llevado a cabo por Groenlandia. Un territorio independiente, pero adscrito a la corona danesa, como pasa con las Islas Feroe. El balance del viaje es peculiar; a pesar de la pretendida sensación de felicidad, normalidad y sintonía ofrecida por los royals, han vivido situaciones de tensión, de ridículo e incluso de asco y repulsa. El momento más tenso, sin dudas, el atropello sufrido por la reina. Una moto de nieve descontrolada la golpeó por sorpresa. Por fortuna, no ha tenido que lamentar lesiones graves. Eso sí, el cabreo fue descomunal, como el propio susto.

Mientras el séquito de palacio abandona el enclave ártico a bordo del barco real Dannebrog, la prensa del país ofrece el análisis de la visita, de las vivencias y, muy importante, del futuro. Uno muy negro con respecto a la relación de Groenlandia con los Glücksburg: "No volverán", leemos en el Ekstra Bladet: "Con un poco de suerte, será la última vez que lo visiten como territorio del Commonwealth danés". ¿Puede ser que las cosas hayan ido tan mal durante la visita oficial que han decidido borrarlos de la lista? ¿O hay algo más? Una palabra lo resume todo: revuelta.

El diario, a través del experto Kim Bach, describe el panorama que se han encontrado los monarcas: "Una creciente y enorme parte de la población local quiere la independencia. Durante los últimos años se ha construido una mayoría sólida. En el año 2016 se estableció una comisión constituyente. Y el año pasado, el Parlamento groenlandés, el Inatsisartut, recibió el borrador de la nueva Constitución". Un documento donde se sustituye la figura del rey de Dinamarca, en este caso Federico X, como la de Jefe de Estado. Este chup-chup no ha sido ajeno durante la visita oficial, y seguramente ha sido clave en la insistencia de la Casa Real danesa (y el gobierno del país) por intentar reconciliarse con la población local. Parece ser, eso sí, que no han conseguido ni un nuevo adepto para el régimen de Copenhague. Un fiasco.

En Dinamarca la potencial pérdida de una Groenlandia indepe hace sufrir. Se trata de un lugar de enorme valor estratégico, con recursos naturales por explotar en abundancia gracias a los devastadores efectos del cambio climático. Una posición privilegiada que abre muchas puertas importantes en el panorama geopolítico internacional. Si se marchan, la proyección nacional se empequeñece drásticamente, y sin demasiada capacidad de recuperación. Pronto tocará votar el proyecto de nueva Constitución y conoceremos el destino: de momento, Kim Bach señala que Federico y compañía son vistos "como los referentes de una política colonialista" que causa rechazo. La frase final es matadora: "Parece que Groenlandia se deshará de Federico y Mary mucho más deprisa que nosotros en el Sur". Tictac.

Fede Mary GTRES
Federico y Mary de Dinamarca / GTRES