Felipe VI tiene 54 años, a punto de cumplir 55 mañana día 30 de enero. Letizia, 50. Los reyes de España ya son cincuentones, han entrado en una nueva etapa vital. Una situación que les preocupa, la del envejecimiento. La consorte lucha contra sus efectos con toda la artillería: entrenamiento, dieta sana y ayudas externas en forma de retoques. No le va nada mal, su aspecto es el de alguien más joven que lo que dice su DNI. En cuanto al monarca, si toma alguna medida en este sentido es más difuso: cuando menos, los efectos de los posibles tratamientos pasan más desapercibidos. El peso de la Corona tiene consecuencias más que notables en su rostro. Y no lo decimos solo nosotros, también el nada sospechoso de animadversión borbónica diario 'El Mundo': "Prematuramente envejecido. Su mirada ha perdido brillo, los surcos de su frente se han acentuado, la barba es totalmente blanca". Así lo felicitaban el año pasado por su aniversario.
Intentar corregir este aspecto castigado parece una prioridad en Zarzuela. Hemos visto algunos pequeños ajustes, como arreglarse la dentadura. La tenía dejada, amarillenta, necesitada de una ITV. También ha mejorado la apariencia de las manos y dedos: o ha dejado de morderse las uñas hasta herirse y sangrar, o lo hace con menos virulencia. Ahora no tiene que llevar tiritas que tapan los destrozos provocados por una onicofagia salvaje. Son pasos sutiles, pero que indican un camino, un objetivo, una meta. Tener una mejor imagen exterior, rejuvenecerse. Todavía no ha sucumbido al bótox, veremos si continúa igual. En todo caso, tiene buen asesoramiento. Uno de los mejores del país. De hecho, el médico al que consultan habitualmente es también un miembro más de su pandilla. Un amigo que puede hacer magia.
Felipe y Letizia salen a cenar "de incógnito" por Madrid, acompañados por un matrimonio: sabemos quiénes son
Este amigo es, precisamente, la persona con la que los reyes acaban de salir a cenar a un restaurante de Madrid, el "Ferretería", cerca de Atocha. La pareja real sorprendía a los clientes del establecimiento al presentarse a horas intempestivas, las 23:30h. Muchos restaurantes cierran su cocina cuando se acercan las 12 de la noche, menos si eres un Borbón, claro. Entonces todo el mundo se apresura y hace horas extras para quedar bien con la Corona. La comida, de la que nos informa Vanitatis, no la hicieron solos. Los acompañaban en la mesa, como decíamos, otro matrimonio de amigos. Uno de ellos, una eminencia del antiaging: Pedro Jaén. El resto del séquito, escoltas. Que son campechanos, pero no tanto.
Pedro Jaén, una eminencia del antiaging y experto de cabecera de la reina Letizia
Jaén es uno de los mejores profesionales del sector del cuidado de la piel. Tiene una clínica famosa en el barrio pijo de Madrid, el de Salamanca. También es jefe del servicio de Dermatología del Hospital Ramón y Cajal, profesor de la Universidad de Alcalá, presidente de la Academia Española de Dermatología y Venereología, autor de centenares de publicaciones científicas, también de libros sobre la materia. Dicen que es uno de los 100 mejores médicos de España. La epidermis respira tranquila cuando tiene a Pedro a su alrededor. Letizia también: aseguran que es su experto de cabecera, que la ha tratado en palacio. Un extremo no confirmado, pero que es perfectamente plausible. ¿De qué hablaron? Ah, misterio. Como un misterio es saber cómo se para el tiempo y se evita la degradación del cuerpo humano. Jaén tiene algunas de las respuestas, seguro de que las comparte con sus poderosos amigos.
Muy atentos a los próximos meses y apariciones públicas de la pareja. Sobre todo las del Borbón, con quien hay más trabajo. Letizia, si continúa su guerra contra el reloj, se marcará un Benjamin Button.