90 centímetros de bronce, 110.000€ de factura y una expresión inquietante: este es el regalo de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso al rey Felipe VI. La mandataria del PP es una auténtica fan de la Corona y del universo borbónico, y este es el resultado de su devoción. Un busto enorme, pesado, difícil de mirar... o mejor dicho, difícil de contener la risa comparándolo con el original. No queremos alterar al mundo artístico y escultórico, pero la obra de Víctor Ochoa y que presidirá la sede del ejecutivo madrileño por los siglos de los siglos parece una caricatura. Un chiste. Uno muy caro. Uno más.

La presentación de la escultura ha sido de campanillas, con el homenajeado allí parado junto a su representación. Un acto en el que Ayuso ha esparcido toda su propaganda profelipista: loas al "rey de todos los españoles, una garantía de la continuidad histórica, pluralidad democrática, respeto a lasleyes y libertad responsable". La elegía también apuntaba de forma sorprendente que la institución "es respetada por todo el mundo y, muy especialmente, en Hispanoamérica". ¿En qué mundo vive la presidenta? No será en este, el planeta Tierra. Más bien en universos donde 'El Preparao' tiene esta pinta. Cosas de Ayuso.

Felipe alucinando con la estatua que le ha regalado Ayuso con el dinero de los madrileños / EFE
Ayuso y la estatua de Felipe VI / EFE

La estatua de Víctor Ochoa es la tercera que realiza a la mayor gloria de la dinastía de los Borbones. El artista es un experto perfilando (a su particular manera) a los diferentes patriarcas de la familia. Dos de ellos han tenido corona, Felipe y el huido Juan Carlos; al otro Franco y su propio hijo le dieron la puntilla, Juan de Borbón. Ahora la línea sucesoria tiene también un nexo de unión escultórico, qué bien. El autor, además, fue el encargado de realizar la obra "Los héroes del covid-19" que regaló a Ayuso en mayo de 2020. Vaya, que es su artista de cabecera. Y como todo lo que toca la presidenta no estuvo exenta de polémica y trampas: se descubrió que Ochoa la había empezado antes del estallido de la pandemia. La tuvieron que tapar con una lona durante mucho tiempo allí donde estaba expuesta, la Real Casa de Correos de Madrid, y finalmente la colocaron en el hospital Isabel Zendal. Vaya recorrido.

Felipe charla con Víctor Ochoa sobre el busto que le ha regalado Ayuso / EFE

Las imágenes durante la presentación del busto, enmarcada en la inauguración del primer congreso sobre movilidad global "Global Mobility Call", son aquellas que vale la pena retener en la memoria. La situación roza el ridículo, con algunas expresiones de no saber dónde esconderse. Pero vaya, que después todo eran dientes, dientes y buen rollito. Otra cosa es la imagen que proyectan todos ellos, un show rancio, lamentable y que sería muy cómico si de estas personas no dependiera un Estado democrático y moderno. Algunos no están para coñas, como el popular tuitero Fonsi Loaiza: "Nos mean en la cara". En catalán añadiríamos "y nos dicen que llueve".

Felipe VI y su estatua / EFE

A la monarquía le sobran bustos, estatuas y mucha jeta. Y lo que le falta es trabajar y hacer algo útil. Pero la españita cortesana es así.