1993. El entonces príncipe Felipe, 30 años más joven que ahora, se graduaba en la Universidad Autónoma de Madrid, donde había estado estudiando durante cinco años la carrera de Derecho, así como algunas asignaturas de Economía. 2023. El ahora rey vuelve al escenario del crimen, o lo que es lo mismo, vuelve a aquella facultad para celebrar el 30.º aniversario de su promoción, tal como ha avanzado Vanitatis. Será el día 16 de marzo cuando el Borbón estará presente, y probablemente pronuncie algún discurso, dado que es el alumno más conocido de aquel grupo de estudiantes. Un alumno que entonces, era bien diferente de cómo es ahora.
Aquel Felipe de hace 30 años era un joven mucho más tímido que ahora. "Un alumno inteligente, equilibrado, serio y responsable", como lo ha definido uno de los catedráticos de Filosofía del Derecho que tuvo en la facultad. Un joven a quien nadie se quería acercar, por todo lo que comportaba su linaje: "El Príncipe ocupó una de las primeras filas de la clase, y viendo que nadie se sentaba cerca, tuvo que pedir que no tuvieran ningún problema en colocarse a su alrededor". Allí, Felipe tenía un programa de asignaturas especial, y faltaba ocasionalmente, cuando había algún acto institucional ineludible. ¿Cómo lo llamaban sus compañeros de pupitre?: "No le llamábamos 'Alteza' ni nada por el estilo. Él hablaba normalmente si entablabas una conversación con él, aunque sí se notaba que actuaba siendo consciente de que todos le observaban, y eso le hacía ser cauteloso y algo tímido", dice una compañera. Le llamaban Felipe, a secas.
Tímido, pero que despertaba pasiones. "Era guapísimo (lo sigue siendo). Todos sus compañeros y compañeras teníamos la idea de que se casaría con una heredera o con alguna chica de la nobleza y esa idea nos echaba un poco para atrás en el sentido de que a ninguna se le pasara por la cabeza intentar ligar con él. Si hubiéramos sabido que acabaría casándose con una mujer normal…. ", recuerda la misma colega de estudios. Ella misma revela a la revista Diez Minutos una situación peculiar que vivió al lado del ahora rey de España. Un momento comprometido, de aquellos de tierra trágame y no saber exactamente como reaccionar. Recuerda que un día, en medio de una clase, estaba sentada al lado de Felipe y le cayó un libro justo a sus pies. "En el aula había bancos y mesas corridas, así que durante un momento me quedé mirando el libro pensando cómo cogerlo del suelo sin poner mi cabeza en su regazo...". Mientras pensaba cómo hacérselo para no vivir un momento tan comprometido, él se dio cuenta "y al ser tan alto, casi sin esfuerzo alargó el brazo y me dio el libro". Un Felipe que iba acompañado a la universidad de dos guardaespaldas y un perro, un pastor alemán... Y no solo... "dentro de clase había otro guardaespladas de incógnito que, de hecho, hizo la carrera al mismo tiempo que nosotros. Se llamaba Alberto", recuerda el entonces estudiante.
Alberto, Felipe... hablando de nombres, cuando el monarca vuelva a la facultad de Derecho, seguro que resuena en su cabeza que después de su paso por aquellos pasillos, empezó a correr como la pólvora un mote: "tras sus años en la universidad se convirtió en el primer heredero de la Corona con una licenciatura, ganándose ese sobrenombre de 'el más preparado de la historia', califación tan ensalzada por unos y denostada por otros". Un lugar, por lo tanto, que originó aquello del preparao, adjetivo humillante que lo acompaña desde entonces.