Una de las cosas que mejor hace Felipe es hacer ver que tiene mucho trabajo. Tiene que ser muy agotador ir saludando al personal, presidir besamanos y recepciones oficiales a no se sabe exactamente quién o hacer el paripé saludando con la manita y mostrando su poco cuidada dentadura cuándo va arriba y abajo. Pero entre su agenda apretada no estaría mal que buscara un hueco para ir a una boda que tendrá lugar dentro de unos días, y donde todavía no ha dicho palabra ni se ha dignado a responder. No fuera que hubiera muchos paparazzis cubriendo la visita al enlace. Pero vayamos por partes.
Tal y como explica El Comercio, dentro de muy poquito se celebra una boda por alguien que tiene un vínculo especial con el Borbón. Un chico que es el ahijado del rey español. Se trata de Felipe López Sánchez, que ahora está a punto de vivir uno de los momentos más importantes de su vida. El futuro novio se casa este mes con Lorena Meana en la parroquia de Deva, en Asturias. Y en Asturias fue donde se originó el hecho de que Felipe fuera su padrino. Saben que en aquella comunidad se hace cada año aquella pantomima del Pueblo Ejemplar de Asturias. Una iniciativa que empezó en 1990, desfirmando San Esteban de Cuñaba, en Peñamellera Baja, como al primer galardonado. La madre de Felipe (el asturiano) estaba embarazada entonces, y pidió a Felipe, entonces Príncipe de Asturias, que apadrinara a su primer hijo, que se llamaría como él, cuando pasó por la casa que se estaban construyendo ella y su marido, un albañil. Y es que Felipe tenía que ser el primer niño que iba a nacer allí en veinte años. Ante la petición, Felipe se quedó pensativo, sin responder. Y a la semana siguiente, mediante el jefe de la Casa Real, Sabino Fernández Campo, confirmaron que sí que aceptaba ser el padrino de la criatura.
Los dos tocayos han ido manteniendo contacto vía carta desde entonces. También alguna llamada. Y casi cada año que el rey va a Asturias, ahora con Letizia y las niñas, a visitar los pueblos ejemplares escogidos, se encuentran en algún momento u otro. Por ejemplo, el año pasado. Felipe hace de padrino, pero de aquella manera, porque por ejemplo, no estuvo en el bautizo del niño. El pasado octubre, sin embargo, en los Premios Princesa de Asturias en Oviedo, el chico le dio la noticia a Felipe: "Me felicitó, se puso muy contento", citan en el mencionado medio. No solo eso, también lo invitó a su boda. Está en la lista de invitados: "Sería un honor que viniese". Los novios, encantados de la vida con la posibilidad de que Felipe, con o sin Letizia, asistieran al enlace en la parroquia de Deva y el posterior aperitivo, la manduca y la fiesta en el Palacio de Valdesoto, un antiguo palacio construido en el siglo XVII con unos grandes jardines. Una boda que tendría un plus con la presencia real.
¿Pero qué ha hecho desde entonces Felipe? Pasar olímpicamente. "No ha confirmado su asistencia, sería una sorpresa que se presentase. Desde la casa Real ni confirman ni desmienten porque, en cualquier caso, se trataría de un acto privado"... ¿Qué le costaría a Felipe pronunciarse, y más, teniendo en cuenta que es su ahijado? Feo.