La familia no la escoges, te toca y punto. Los Borbones pueden sentirse contentos porque esta lotería los ha convertido en privilegiados, ricos y poderosos sin haber pegado un sello en la vida. Ahora bien, la cosa también tiene otra cara de la moneda, como es pertenecer a la estirpe más escandalosa que ha conocido la historia de su país. De ovejas negras van servidos, tienen todo tipo de cromos. Un abuelo de dudosa moral y mujeriego; unos nietos absolutamente descontrolados, un yerno que acaba en la cárcel, una hija que es la viva representación de la prepotencia y la antipatía... Esta última es la infanta Elena, la mujer que tenía que haber sido reina de España y no Felipe, pero que las normas machistas del país impidieron. Vaya reina nos hemos perdido, la verdad. Lástima, la República sería hoy en día una realidad.
Elena, o 'Doña Elena', como ella reclama de mala manera que le llamen en público, tiene un problema en casa. Uno bien grande y que ni ella ni su ex Jaime Marichalar han conseguido solucionar nunca: dos hijos como Froilán y Victoria Federica, la pesadilla de cualquier padre o madre. No trabajan, sólo salen de fiesta y, cada vez más habitualmente, ocupan titulares de prensa por conflictos, peleas y cuestiones por el estilo. Felipe y Letizia están hasta la coronilla de la parejita, aunque últimamente quien más alarma es el mayor. Froilán va de movida en movida y tiro porque me toca. La última, la pelea a las 5 de la madrugada en una discoteca de Madrid la noche del martes al miércoles. En vez de dormir y llevar una vida ordenada para acabar de una santa vez sus estudios, el chico prefiere la juerga y buscar problemas con turistas que le hacen fotos. Un gentleman.
El digital Informalia explica que la situación tiene a Felipe hasta las narices. Alguien tiene que controlar a la fiera, ponerlo recto, acabar con el show. Y este alguien tiene que ser su mami, a la que por otra parte no le gusta nada que le tiren de la oreja. Y menos todavía su hermano, al que está enfrentado, entre otras cosas, por la situación de Juan Carlos. La llamó por teléfono en un tono muy poco amigable para decirle que "llame la atención de una vez por todas al actual enfant terrible de la saga borbónica. Pero el veinteañero, cuarto en la línea sucesoria para ocupar el trono, desgraciadamente pasa de advertencias y vive la vida loca en las noches madrileñas. Su pasión por laso juergas no conoce límites, y sus padres ya no saben como pararle los pies". Incorregible. Y la madre a tragarse los sapos de la criatura.
No ha sido el primer toque de atención y enfrentamiento entre hermanos por la conducta de los sobrinos reales. Victoria Federica ya provocó una riña entre ellos cuando le reprocharon el estilo de vida de la joven. La bronca no solucionó absolutamente nada, precisamente por el talante de la dupla Froi-Vic. Se lo pasan todo por el arco de triunfo. Ella se ha cortado un poco, o mejor dicho, ha conseguido que parte de la opinión pública la blanquee. Pero con Froilán no hay lejía lo bastante fuerte para hacer lo mismo, cada semana lo tenemos en el centro de alguna movida. Vivir de noche tiene estas cosas, que te confundes, que diría Dinio.
Froilán será siempre un dolor de cabeza para la Casa Real. Y la fuente de muchas batallas que están por venir. Tic-tac.