Felipe VI no tiene motivos para reír. La Corona vive escondida de los españoles. El CIS hace años que suspende a la monarquía y desde que en el 2015 los ciudadano 'catearon' el rey (4,34 sobre 10) los gobiernos ya no preguntan. La reina Letizia tiene un problema evidente de imagen y el rey emérito coquetea no sólo con señoras sino también con el Código Penal. El cuñado de Felipe está en prisión y la hermana pequeña vive exiliada en Suiza. Algunos sobrinos van por mal camino. Será por el panorama familiar que el rey no ríe en público, sólo sonríe. En su último acto en Catalunya, Salón del Automóvil, el fotógrafo acreditado de El Nacional consiguió casualmente una foto inédita: Felipe VI risueño enseñando una dentadura deficiente, amarilla y mal alineada:

Sergi Alcàzar

Es una foto única, inédita y exclusiva. El rey se asegura de no reír abiertamente y se limita a sonrisas educadas. La foto está tomada a unos 2,5 metros del jefe del Estado, la distancia más próxima que permite su abundante equipo de seguridad. Con un teleobjetivo de 70-200 milímetros. Revisando las imágenes de aquel día, En Blau ha encontrado esta perla. Lejos de la sonrisa protocolaria y mirada perdida típicas de las visitas reales. La imagen vista desde otro lado podría ser parecida a esta:

Sergi Alcàzar

El monarca saludando a empresarios del sector y dando la mano a Luca de Meo, presidente de Seat. Felip VI en su salsa, el Ibex 35, y dejándose ir en Catalunya. Feliz hasta el punto de enseñar una incomprensiblemente mal cuidada dentadura. No consta que el rey sea fumador como su padre, aficionado a los puros. Parece extraño que cualquier presentador de TV tenga unos dientes más cuidados que el hombre que tiene una única función: representar y ser imagen de España. Será que quiere parecerse a sus súbditos, que tienen miedo o pereza a ir al dentista. No será porque el odontólogo sea caro. Paga España.