A Felipe se le está poniendo cara de Juan Carlos. El reinado de Felipe VI está envejeciendo rápido y mal. Solo lleva 10 años (2014-2024) pero ya parecen 40. Felipe va cogiendo un tono, un color, un cariz que recuerda mucho al reinado de su padre, sobre todo a la etapa final de Juan Carlos, cuando se hicieron públicos sus problemas de infidelidades y de corrupción. Como recuerda Pilar Eyre, Juan Carlos no está en el exilio por adúltero sino por corrupto. Su hijo lo echa del país cuando sabe que Juan Carlos tiene cuentas bancarias en paraísos fiscales con dinero negro no declarado a Hacienda, se calcula que unos 1800 millones de euros, y se descubre que Felipe es beneficiario. Lo publica la prensa inglesa, donde reside Corinna. El hijo dice que renunciará a esta herencia cuando su padre muera y lo envía al exilio. Ahora Felipe ya tiene su propia historia de adulterio como su padre, el escándalo Del Burgo, pero no tiene ninguna mancha de corrupción evidente más allá de la sospecha que era conocedor de los negocios turbios e ilegales que hacía de jefe de Estado su padre. El diario más leído de España, El País, ha dado un paso inédito: coloca en portada el reportaje Juan Carlos I, una tragedia shakesperiana donde un prestigioso periodista incluye a Felipe en este escándalo de corrupción.
El diario de PRISA lo pone en la primera página pero después lo relega al suplemento Babelia sobre libros, con la excusa de las muchas biografías de Juan Carlos que han salido recientemente al mercado. Es curioso que ahora que el escándalo persigue al matrimonio de Felipe, se escriba tanto del padre y no de los actuales reyes. La autocensura no es solo cuestión de periodistas, también de escritores. Uno de los biógrafos de Juan Carlos, José García Abad ha escrito Todos lo sabían: Juan Carlos I y el silencio cómplice del poder y hace una declaración sobre Felipe al diario El País que en Zarzuela ha sonado como un disparo: "Era muy difícil que Felipe VI no supiera lo que ocurría. Todos participaron de alguna manera. Ahora, eso los persigue. Felipe, que administraba celosamente la figura del rey, lo sabía todo’".
El diario madrileño dibuja a un padre turbio y un hijo cómplice: " "Juan Carlos I vive su exilio en Nurai, una isla privada dubaití en medio del golfo Pérsico. En la isla hay 32 villas de lujo, un spa de categoría internacional, cinco restaurantes internacionales y un club de playa, pero ni una sola librería o biblioteca". Corinna ya advirtió, en una conversación con Villarejo, que los millones de euros en efectivo que traía Juan Carlos en maletas de los países árabes se repartían entre la familia, también a Felipe: "Es más competente porque el rey consigue tomar el avión, va a los países árabes, y vuelve con avión...Con el crudo, en efectivo, en maletas... cada vez. Dime cómo mueves más de 5 millones. Lo tiene en Zarzuela, el dinero está aquí. Y él paga todo eso, su piso... a su hijo, a su hija, la mujer, todo, en cash". Otro biógrafo, Joaquín Abad acaba de publicar que Felipe compró una diadema de diamantes a Letizia por 80 mil euros morados, es decir en billetes morados de 500 euros. En fajos. En negro.
La derecha asedia a Felipe por no parar a Pedro Sánchez y le insultan, cornudo, felpudo VI. Y el diario de referencia del PSOE pone en portada un reportaje donde se habla de Felipe sospechoso de la corrupción del padre. Felipe a los 56 parecen los 86 de Juan Carlos. Su reinado está envejeciendo muy rápido. Ya huele a cerrado.